domingo, 14 de agosto de 2011

Premio Blogger Luxury


Hola chicas, hoy mi entrada es distinta de la habitual porque el blog de cristina, http://elrinconcitomagicodecristina.blogspot.com, me ha dado este premio, con la condición de que escriba 7 cositas sobre mí y también con la condición de que entregue este premio a otros 10 blogs. La verdad es que elegir 10 blogs es difícil, pero como algunos de los que me gustan mucho ya tienen el premio, puedo darlo a otros sin que me quede esa sensación de dejar a alguien de lado.
   Bueno, ahora vamos a las cositas sobre mí, aunque en realidad no tengo mucho que contar.
 Lo primero es algo que todas sabéis, llevo mucho tiempo casada y que tengo dos hijos que ya son mayorcitos y que son realmente el centro de mi vida, son los que hacen que siga adelante siempre, aunque a veces las cosas no vayan bien.
Otra cosita es que vivo en Asturias, ese lugar verde lleno de mar y monte donde en un mismo día puedes ir a la nieve y mojar los pies en el mar, y donde puedes levantarte sintiendo el repiqueteo de la lluvia en tu ventana y acostarte con el sol brillando en todo lo alto.
Una  de mis pasiones es la vida al aire libre, y a pesar de vivir en una ciudad siempre me relajo cuando estoy con mi familia rodeada de silencios, bajo un árbol o a la orilla de un río.
Otro dato es que soy terriblemente vaga en lo relacionado al deporte, pero a pesar de ello intento moverme, camino bastante, nado de vez en cuando, hago rutas en bici con la familia y vivo en un tercero sin ascensor, o sea que imaginaos....
La quinta cosa es lo mucho que me gusta comer. Exceptuando la caza, el conejo, las alubias pintas y las navajas y percebes, me gusta todo. No soy muy golosa, soy más de comida salada pero me encanta comer de todo.
 Me encanta regalar. A pesar de que muchas veces me falta dinero para hacer un buen regalo, disfruto mucho preparando y personalizando  lo que voy a dar, aunque sea algo barato.
Y por último, deciros lo contenta que estoy de haber abierto este blog, porque tal vez tenga poquitas visitas, pero todas las personas que me leen son absolutamente maravillosas y eso es…magia.
Bueno, y ahora voy a poner los diez blogs nominados.


Bueno chicas, pues enhorabuena a las premiadas, y nos seguimos leyendo entre todas para que este maravilloso invento de los blogs no decaiga nunca, porque yo aprendo cada día de todas vosotras. Gracias y besos.

sábado, 13 de agosto de 2011

Homenaje a mi coche


Qué llevar en el coche.


Hola a todas desde estas tierras donde estamos viviendo el verano más extraño de nuestras vidas. Hoy no sabía muy bien de que hablaros, porque pretendo que este blog sea variado para que nadie se aburra, así que he estado divagando sin llegar a ninguna conclusión.
    Y de pronto, sin más, se me vino a la cabeza una frase o más bien una pequeña historia que dicen en una película que a mí me gusta mucho. 

En esta película alguien cuenta que los habitantes de un pueblecito de la Toscana italiana construyeron las vías del tren mucho antes de que el ferrocarril llegara a Italia. 
Bueno, pues algo parecido hizo mi madre con mi abuelo. 
En los años sesenta mi abuelo quiso sacarse el carnet de conducir, y mientras estudiaba para ello, el día del padre, mi madre le regaló un San Cristóbal(patrón de los conductores) de esos que se ponían en el salpicadero y un plumero para limpiar el coche porque por aquel entonces los asientos eran de eskay y era lo que se estilaba. 
Y mi abuelo no tuvo coche hasta dos años después, así que aquellos regalos demostraron mucha fe y esperanza. 
Desde entonces en mi familia hemos valorado mucho el hecho de tener coche. Aunque no sean los más lujosos ni modernos, mi coche para mí es como el Ferrari de Alonso, porque gracias a él mi marido puede ir al trabajo y hemos podido salir siempre con los niños. 
No lo considero imprescindible porque muchas veces salimos sin él, pero si que es muy importante en nuestras vidas. 
Y hoy, como un homenaje a mi coche, y a todos los coches que ayudan a las familias, me apetecía deciros que cosas llevo siempre en el coche, valga la redundancia, para salir de los apuros y emergencias.
Desde luego, muchas de las cosas fueron cambiando a medida que los niños crecían, aunque hay algunas que siguen siendo las mismas.

   En primer lugar, yo creo que en el coche todos debemos llevar un botiquín. Yo tengo una cajita de lata, que me habían dado con algo(ni siquiera recuerdo con qué) y siempre llevo unas aspirinas y unos gelocatiles, y cuando los niños eran más pequeños llevaba Apiretal o Dalsy. También llevo siempre tiritas de distintos tamaños, y alguna de esas que te pones en el pie cuando te roza el calzado y que son muy eficaces, un bote pequeño de mercromina o betadine, un bote de agua oxigenada, una venda y esparadrapo y algo para las picaduras, generalmente Afterbite. Y chicles para el mareo, claro.
Gracias a esas cosas, alguna vez hemos evitado tener que regresar a casa en el mejor momento del día. Está claro que si te pasa algo grave este botiquín sirve de poco, pero para aliviar un dolor de cabeza, una picadura o la herida de un zapato sirve, y puedes disfrutar del día con la familia.
     
Otra cosa que siempre he llevado, aunque parezca una tontería, es una gorra, bueno en mi caso más de una. No es la primera vez que salimos de casa con el día nublado y luego sale el sol, y a raíz de una insolación que pillé una vez en un parque, siempre llevo algo para la cabeza. 
No es necesario llevar una gorra maravillosa, yo siempre llevo alguna que me dan con propaganda, de alguna bebida o de algún centro comercial, y así, si calca mucho el sol, podemos dejar a nuestros hijos jugar porque están protegidos y no tenemos que volver a casa en el mejor momento. 
Y por una razón parecida siempre llevo unos playeritos o zapatos de repuesto con calcetines y una chaqueta. 
En una mochila que ya no usemos mucho porque se han cansado o el personaje está un poco pasado de moda pero que la mochila está bien, metemos las gorras, unos calcetines, yo siempre los meto de deporte porque son más calientes y combinan mejor, y de calzado yo suelo coger playeritos de tela tipo Victoria, unos que ya tengan el color un poco menos vivo. 
Y la chaqueta siempre llevo la misma, unos polares que compré de oferta dos por uno y que no ponen para vestir pero que son muy calientes. 
A veces estamos disfrutando de un día precioso lejos de casa y uno de los niños mete el pie en un charco, por ejemplo, pues le ponemos los otros playeros y aunque seguramente no pegarán mucho con lo que lleva puesto, al menos están secos y no tenemos que volver a casa antes de tiempo. 
Y con la chaqueta igual, a veces salimos de casa en un día de mucho calor y de repente refresca, pero no queremos volver tan pronto, pues le ponemos la chaqueta y podemos quedarnos un poco más. 
Yo siempre intento que esta mochila ocupe poco sitio, y la llevo en un lado del maletero. Y otra cosa que tengo es un set de belleza.
Generalmente salimos pintadas de casa y llevamos en el bolso lo necesario para retocarnos, pero a mí alguna vez me ha ocurrido que hemos ido a una playa con el coche, y luego nos ha apetecido ir a dar un paseo o a tomar un helado a algún sitio, y yo estaba a cara lavada. 
Bien, este set de belleza es solo para salir del apuro porque no son cosas demasiado buenas. 
Yo, después de probar varias cosas, ahora llevo uno de esos estuches de maquillaje que llevan un poco de todo y que cierran en una cajita compacta. En el que yo tengo hay varias sombras en tonos rosas, azules y verdes, por tanto me sirven para casi cualquier look, tiene un rimmel pequeño, un lápiz de ojos negro, un colorete, unos polvos compactos, un lápiz de labios y tres o cuatro tonos de brillo de labios. 
No sirven para un look sofisticado, de hecho solo hay un tono de colorete y el rimmel es muy básico, pero al menos no damos esa sensación de cara lavada. Ese estuche lo llevo en un neceser donde guardo también un cepillo, unas gomas del pelo negras para que vayan con todo y unas orquillas, una muestrita de perfume, un botecito con gel de baño para lavarnos en caso de necesidad, un botecito con colonia fresca para los niños, un paquete de toallitas húmedas, una muestra de crema solar por si un día nublado abre de repente, para que no nos quememos, y una muestra de crema hidratante para echar debajo del maquillaje si vengo, por ejemplo, de la playa. No es que con esto vayamos maravillosas, pero al menos nadie nos va a mirar por ir hechas una facha.
 Este neceser lo llevo en la guantera, a mi lado, y siempre puedo cogerlo en caso de necesidad.
  
Y una cosita que no podemos olvidar es una toalla, por si tenemos que secarnos o para sentarnos en un prado, y una manta de viaje, porque a lo mejor un niño se nos duerme en el coche o nos entra frío cuando volvemos a casa de noche en invierno. Entonces nos tapamos con una manta y ya está. 
Las que tengo ahora son ideales, una la compré en la tienda Casa y la otra me la regalaron con cereales, son suaves y ocupan poco. 
Y la toalla es una de playa que me entró con un refresco, es bonita y también ocupa poco y ya me ha sacado de un montón de apuros.
   
Bien, teniendo cubierta la belleza, la salud y el frío o calor, ahora queda la diversión. Está claro que no llevamos las mismas cosas para entretener a nuestros hijos cuando son pequeños que cuando son mayores, pero hay algunas cosas que sirven para todas las edades. 
El objeto que bajo mi punto de vista nunca debe faltar en un coche es un balón. Si los niños son pequeños se los podemos dar blanditos y de un tamaño apropiado y a medida que vayan creciendo podemos dárselo de reglamento o de baloncesto. 
Así, si algún día salimos y sin tenerlo planeado acabamos en un merendero o en un área recreativa por lo menos tienen algo para jugar y se divierten. 
Podemos tener también un juego de playa de esos de cubo, paleta y rastrillo por lo mismo, a veces vamos a sitios que tienen arena y nosotros no la sabíamos, y con esos juguetes se lo pasarán mejor y pueden además jugar con otros niños. Si lo llevamos bien colocado ocupan poco espacio y no nos molestarán para nada. Cuando mis hijos eran más pequeños, yo llevaba también en una mochila que ya no usábamos un “lote” de cosas, y así, si una excursión o una jornada familiar se alargaba más de lo previsto ellos tenían con qué jugar. 
El lote en sí consistía en una muñeca con algún vestido, unos coches, unos cacharritos de cocina, que en realidad era con lo que más  jugaban los dos, sirven para arena, para hierba y para todo. 
Y metía siempre algún cuento de pegatinas o una pizarra con tizas. Y luego, en el asiento, llevaban unos juegos de viaje, unos se los había traído el Ratoncito Pérez, y otros, al ver el resultado, se los compré yo, pero no los llevaba todos a la vez, iba alternando. 
Y siempre podemos llevar una comba, una peonza, o mi juguete estrella y que aún usan a pesar de ser mayorcitos, la cometa. 
Las primeras eran muy sencillitas porque para niños pequeños deben ser fáciles de manejar, y luego ya podemos comprarlas más sofisticadas.
    
Y bueno, el resto de cosas que llevo son cositas lógicas como pañuelos de papel, un Boli y una agenda por si tenemos que apuntar algo, unas pilas por si se acaban las de la cámara de fotos, monedas sueltas para las máquinas de aparcamiento de la ORA, unos chicles, caramelos y cositas así.
      
Os estoy soltando un rollo que…tela marinera, pero aunque creo que es interesante hablar de esto porque son cositas que todas sabéis, pero a veces viene bien recordarlas. Yo he disfrutado de días estupendos con mi familia que seguramente se habrían estropeado si no hubiese llevado una gorra, o una tirita o un calzado de repuesto. 
Y de paso que os hablo de estos “imprescindibles” de vehículos aprovecho para resaltar el valor de las coches, porque últimamente se han convertido en un objeto que solo sirve para dar ”categoría” al que lo tiene, y a veces nos olvidamos de lo importantes que son, que nos llevan a trabajar y que nos hacen las cosas más fáciles. 
Bueno chicas, os dejo, esperando no haberos aburrido demasiado y esperando que a alguna estas ideas le vengan bien. 
Recordad que a veces podemos salvar un día precioso con un calzado seco, una gorra o un simple balón. 
Muchas gracias a todas por leerme, y porfa, como siempre os digo, dadme vosotras ideas que me encanta aprender cosas nuevas. Besinosssssssssssss y a seguir disfrutando el verano.

jueves, 11 de agosto de 2011

Detalles baratinos para comuniones y otros eventos


¡Hola a todas! Últimamente escribo algo menos en este blog, pero no creáis que me he olvidado de vosotras, simplemente es que he tenido poco tiempo. Pero me encanta compartir cositas y experiencias así que aquí estoy otra vez, intentando aportar alguna idea. 
Hoy me he acordado de la cantidad de veces que tenemos que dar algún detalle para invitados, ya sea en bautizos, bodas, comuniones e incluso cumpleaños, y aquí es donde podemos nosotros ahorrar, haciendo cosas bonitas e imaginativas, evitando ir a tiendas donde venden detalles preciosos pero que casi siempre se nos salen de presupuesto. Así que os contaré alguna de mis experiencias por si os dan alguna idea, aunque vosotras utilicéis otras cosas, eso ya depende de vuestro gusto.

  Cuando bauticé a mis hijos, hace ya mucho, celebré una sola ceremonia porque son bastante seguidos (se llevan un año)y me pareció la mejor opción, ya que a mí me salía más barato y los invitados no tenían que dar dos regalos ni comprar ropa dos veces. Y por supuesto, fue una celebración muy familiar, pero a pesar de todo éramos bastantes, pues ya he dicho por ahí que tengo muchos sobrinos y muchos cuñados.
  En aquellos días no había tantas cosas como ahora, ni venta por Internet, ni apenas tiendas de chinos y yo, en todos los bautizos a los que había ido vi como las mamás o madrinas entregaban objetos caros con la fecha y el nombre grabado, y en el fondo todos los regalos eran iguales, una cigüeña o algún muñequito así, que costaban un ojo de la cara y no estaban nada personalizados.
    A medida que se acercaba la fecha, yo estaba empezando a desesperarme porque tenía el dinero muy justo y muchos regalitos que entregar, así que me propuse un plan. Cada día, con los niños en su cochecito, mi madre y yo recorreríamos una parte distinta de la ciudad, buscando tiendas baratas que nos proporcionasen lo que yo buscaba. Y después de varios días de caminar sin parar, y de entrar en una tienda y salir desilusionada, descubrimos una tienda de las que entonces se llamaban ”de veinte duros”, que eran el equivalente a los chinos, que liquidaban. Al leer esto vais a pensar que yo solo compro en liquidaciones, pero es que cuando uno tiene que comprar cantidades grandes y tiene poco dinero suelen ser una opción buenísima. Y dentro de la tienda encontré unas figuritas de resina muy bonitas, con  motivos infantiles muy tiernos que además se salían de la típica cigüeña que a mí ya me aburría. La única pega era que no los había todos iguales, así que después de pensar decidí innovar y los cogí todos distintos, y al llevar bastantes, me hicieron un precio estupendo y por lo que me costaba una figurita convencional en cualquier tienda, yo me llevaba cuatro. 
Como me habían salido tan baratos, fui a una librería de esas de toda la vida,de las que realizan también recordatorios de comunión, y me enseñaron unas cajitas de cartón con dibujitos de bautizo que servían para meter detalles, y allí mismo me indicaron que si me llevaba una cantidad grande, les grababan el nombre y la fecha gratis. Así que las encargué, y en cada una metí la figurita que me parecía más apropiada para la persona que la iba a recibir, por ejemplo, a una de mis cuñadas le regalé un gatito en una barquita porque le encanta el mar, a otra un osito en una cuna porque acababa de ser mamá, y así todas, y metí también unos caramelos y las presenté muy bonitas, y lo mejor es que con todo no me costaron ni la mitad de lo que costaba un detalle normal.

En las comuniones de mis hijos, mucho después, me pasó algo parecido. Tenía demasiados detalles que entregar y poco dinero, y además, me había entrado la vena de “igualdad” y también quería dar un detalle a los hombres, porque en todas las comuniones a las que había ido a ellos les daban un puro y a las chicas un detalle, y yo quería ser original. 
Y un día, en el Carrefur, vi unos packs de minibotellas de vino muy baratos. Eran seis botellas, Rioja y de una buena cosecha, y estaba a tres euros el pack porque eran botellas pequeñas y no eran capaces de venderlas, y como solo les quedaban tres packs las liquidaron. Y yo, sin dudar, las cogí. Eran unas botellas preciosas, pequeñitas pero ideales para un detalle, así que preparé unas etiquetas con el nombre del niño y la fecha y se la puse al cuello de las botellas con un lazo rojo, y por unos setenta céntimos ya tenía detalle “masculino”.
     
Al ser una ocasión tan especial quería dar un buen detalle porque además era solo familia directa, eran padres, abuelos, bisabuelos, y esa vez no me salió la vena tacaña que otras veces me acompaña, pero claro, tenía que hacerlo con un presupuesto limitado. 
Y aún me quedaban las chicas, y entonces, un día, en una juguetería que vendía un poco de todo, vi unas cajitas de un material parecido a la resina, con animalitos en relieve en la tapa y eran todas en colores pastel. Eran muy bonitas y baratísimas, así que las compré, y mediante una distribuidora de Avon, compré muestras de perfume y de barra de labios, que me salieron casi regaladas. En la cajita puse, así de un modo un tanto “cásual”, la barrita y el tubito de perfume, un poco inclinados, y al lado, un jaboncito de animalitos, y lo que hice fue poner el mismo animalito que venía en relieve en la tapa de la cajita, por ejemplo, si en la caja había un patito, el jabón también era un patito, lo cual me hizo dar bastantes vueltas para encontrarlos, pero mereció la pena, y una vez preparados los envolví con celofán de dibujitos y con el lazo enganché una etiquetita como las del vino.
 Aún me quedaba dinero para algo más, y en una tienda de chuches vi unas bolsitas de plástico a 10 céntimos, eran estrechitas y cabían algunos bombones, así que allí mismo compré bombones al peso, y en un súper compré una cajita de bombones baratos, y combinando, preparé un paquetito para cada invitada, cerrado con el lazo sobrante de las cajitas.
    Ahora me quedaban los recordatorios con foto, y la verdad es que esos me los pagaba la madrina, pero al ir a buscarlos, la fotógrafa nos comentó que nos cobraba un euro con cincuenta por envolverlos. Pero ese precio no era por todos, no por todos, no, era un euro con cincuenta por cada uno, y cuando nos enseñó uno para que viéramos como quedaban, yo me negué, porque me parecía un abuso hacer a la madrina pagar ese dineral pues eran 25 recordatorios. Fijándome bien en lo que había visto me fui a una librería a por un pliego grande de celofán con dibujitos muy muy menudos en blanco, y en unos chinos que había enfrente compré un rollo de lazo blanco y un manojo de margaritas artificiales que me habían costado sesenta céntimos. En casa mi hija escribió una dedicatoria en cada recordatorio, personalizada según para quien fuera, abuelas, bisabuela o tías, y yo lo envolví con el celofán, y lo cerré con el lacito blanco, y justo en el nudo enganché una margarita blanca del pomo que había comprado y que fui deshaciendo con unas tijeras. Para mi hijo al año siguiente hice igual, pero los recordatorios eran en blanco roto o crudo así que el celofán y el lazo eran en crudo y la flor era un capullito de rosa en crudo. En el fotógrafo me costaban estos envoltorios más de 37 euros, y yo lo hice por cinco, así que menudo ahorro. 
Y en los detalles de mi hijo, en lugar de las cajitas con las muestras encontré unos costureros que venían en unas cestas en forma de patito y yo les cambié un poco el envoltorio y añadí unos alfileteros, y me quedaron muy bien, y con los bombones  hice lo mismo. Todos los detalles, tanto figuritas como vino, bombones y recordatorios los metí en diferentes cestas forradas con tul, y así, además del comulgante, los hermanos y primos ayudaron a repartir y todos se sintieron importantes ese día. 
Lo mejor es que pude regalar muchas cositas a mi familia sin gastar demasiado, lo único malo es que se necesita tiempo para mirar porque no siempre se encuentran chollos a la primera. 
En la foto de la entrada os he puesto los recordatorios (uno de ella y otro de él) y el costurero de la cesta en forma de patito, lo que pasa es que tienen ya tanto tiempo que el envoltorio se ha chafado y la margarita original se perdió y tuve que poner una un poco cutre para conservarlo, en su momento eran mucho más bonitos. Además, no tengo ni las botellas ni los bombones, y la cajita con las muestras está sin envoltorio ni nada, pero aunque no estén muy bien, sirven para que os hagáis una idea.
    
   Otra vez, en el cumpleaños de mi hija, quisimos dar un detalle a las invitadas porque  eran amigas de siempre y queríamos que tuvieran un recuerdo de ella, pero yo no podía gastar mucho porque sino no me quedaba casi para hacer una fiesta. Pero después de mucho mirar, en una tienda de la que ya os he hablado pero que para mi desgracia ya cerró, que se llamaba El rincón de María, encontré unas cajitas azules preciosas, eran de cartón pero imitaban terciopelo o algo así,  y dentro traían un frasquito de cristal chiquitín para guardar colonia. Las cajitas costaban setenta céntimos, y yo podía gastar más o menos un euro por invitada, así que las cogí  y en casa rellené los botes con una colonia de rosas de esas de litro que venden en las perfumerías Frascos y que son muy baratas y que yo suelo tener en casa, y quedaron muy bien y apropiadas para niñas jovencitas que ya no quieren colonias infantiles pero que no están en edad de perfume. 
Dado que me habían costado poco, aún podía dar algo más, así que cogí unas bolsitas como las de la comunión para los bombones y metí solo cuatro bombones por invitada, pero al ponerlos con un lacito y entregarlos con la colonia quedaron genial. La pena fue que ya no había más frascos de colonia en la tienda porque eran un complemento ideal para cualquier evento. 
Así que si tenéis comunión o bautizo a la vista, no compréis detalles en tiendas especializadas porque os saldrán carísimos. Hacedlos vosotras que son más baratos y personalizados. 
Hoy no quiero aburriros más, pero otro día os cuento otros detalles que he preparado, por ejemplo, centros con flor seca, con flores que nosotros podemos secar en casa y que en cualquier recipiente quedan muy bien. 
Otra vez, preparé recipientes de cristal con bombones y quedaron muy bien, y buscando podemos encontrar recipientes baratos, y a la gente le gustan. 
Y por último, un detalle infantil que di en una ocasión, creo que fue de detalle de cumpleaños, un recuerdín para los invitados, y como eran todo niños, y a todos les gustaba el fútbol, compré unas huchas en los chinos, unas del Madrid y otras del Barcelona y las rellené de caramelos y las envolví aparentes y a los críos les gustaron mucho, a cada uno se lo dimos de su equipo y quedaron muy bien. 
Lo único que tuve que mirar fue que pudieran abrirse para meter los caramelos porque las huchas de lata a veces no se pueden abrir, así que yo busqué una con tapa.
    Por hoy os dejo, próximamente os iré contando otros detalles que he preparado o regalitos baratos que podemos hacer para quedar muy bien. Ahora de verdad que no os aburro, así que mil besos y a seguir disfrutando del veranito. Hasta prontooooo.

domingo, 7 de agosto de 2011

Cestas de flores y plantas

Unas iideas para regalar flores y plantas de forma original.



Hola,¿cómo estáis? Hoy quería hablaros un poco de la manera en que podemos presentar las flores para regalarlas Debo confesar que en este campo tengo un poquito más de experiencia porque mi madre tuvo una floristería durante un tiempo, y además trabajó para una empresa de catering preparando centros de mesa para bodas y otros eventos. Pero lo que yo voy a contar son cosas que podemos hacer todos en casa, y que yo misma hice en algunas ocasiones y solucioné el típico regalo difícil. Bueno, una aclaración, las fotos que os pongo son de algún centro hecho por mi madre, pero no son centros de regalo, son centros que tienen mucho tiempo y fueron hechos por encargo para bodas. Pero aunque no sean de regalo nosotros podemos aplicar esa técnica para hacer cosas muy bonitas. Una de las flores de los centros de boda son bastante caras, y se pueden sustituir por otras más baratinas, nosotras las pusimos porque nos las pidieron pero para nuestro regalo podemos usar otras, esto es solo para que veáis los colores de las flores y como quedan, pero repito, las ideas que yo propongo quedan diferentes. 
  Lo primero que tenemos que tener en cuenta antes de regalar flores es que en esa casa no viva ninguna persona con alergia, porque en mi familia, sin ir más lejos, hay varios casos de alergia y no pueden tener flores en casa.
    Una vez superado este punto hay que pensar para quien van destinadas las flores. Para mi gusto, la forma más bonita de presentarlas es en una cesta. Ya sé que estaréis pensando que soy una pesada con las cestas, pero es una forma realmente preciosa de regalar flores. Lo primero que necesitamos es una cesta, y ahí si que tenemos variedad de estilos y precios. Yo siempre intento buscarlas baratas, y cuando veo que alguna tienda de chinos está liquidando, aprovecho porque ya he comprobado que al final siempre me sacan de los apuros. Si la persona que va a recibir las flores es joven, a mí me gusta el estilo campestre, una cesta rústica y flores en esa línea, y si es para alguien más mayor una cesta clásica y flores más bien tradicionales.
   Cuando tengamos la cesta empieza el trabajo. Antes de que mi madre tuviese la floristería yo pensaba que con meter las flores en una cesta ya servía, pero no, al parecer es mucho más que eso. Lo primero que hace falta es una esponja especial para centros florales que se suele vender en floristerías, aunque creo que las tienen en algunos chinos y grandes superficies. Las esponjas que yo tengo las compré en un almacén especializado porque los conozco de la época de la tienda de mi madre, compré una caja llena de ellas y me están durando muchísimo. Cuando tengamos la esponja debemos recortarla para meterla en el fondo del cesto, pero intentando que no sobresalga, en caso necesario la recortamos también de alto. Luego cogemos la esponja y la metemos en un calderito con agua para que se empape bien porque de ahí van a “comer” las flores.
   Antes de poner la esponja húmeda en el fondo de la cesta la forramos con un plástico para protegerla y así cuando las flores se sequen a la persona le quede la cesta para otra cosa.
   Ahora ya empieza la parte floral propiamente dicha. Lo primero que yo recomiendo es buscar las flores donde sean más baratas, y también aconsejo tener las ideas claras. Si vamos a hacer una cesta rústica o silvestre, podemos ir al mercado de nuestra ciudad. Donde yo vivo, un par de días a la semana van a vender lo que llaman ”las aldeanas” que son unas señoras que viven en el campo y venden artículos muy buenos de sus fincas. Generalmente siempre tienen ramos de flores variadas a buen precio. Si el cesto no es muy grande, con un ramo de esos es suficiente. Yo, en alguna ocasión, he completado el cesto con flores que yo misma cogía por los alrededores de mi ciudad, calas, rosas silvestres, margaritas blancas y San Juanín, que en algunos sitios se llama aligustre, unas flores blancas que yo siempre digo que huelen a verano. Si queremos un ramo más tradicional o en un solo color o en dos, podemos ir a la floristería, y comprar un pomo de margaritas de colores del color que nos guste, pero solo un pomo no un ramo entero, y podemos comprar paniculata, que son esas florecillas blancas que se ponen en las rosas y en los ramos de novia,o también otro pomo de una flor que nos guste, bien en el mismo color en un tono más claro o más oscuro, o en un color que contraste, y para completarlo ya del todo necesitamos verde. En el ramo de colores que hemos comprado en el mercado suelen poner verde, pero si no lo traen podemos comprarlo en cualquier floristería, y lo más apañado suele ser tuya o helecho.
  Ahora, con la esponja húmeda en el cesto, forramos toda la parte exterior con el verde que hayamos elegido, intentando tapar todo el borde de la esponja, y cuando tengamos hecho esto, ya podemos jugar con la imaginación.
    Lo primero que hay que hacer es cortar las flores a la altura deseada, según lo que queramos que asomen. A veces queda bonito poner una flor más alta para marcar y a veces queda mejor que estén todas al mismo nivel. En los cestos silvestres a mí me gustan al mismo nivel. Las flores no deben cortarse en línea recta sino al bies para que ”coman” mejor y duren más.
     Con las flores ya cortadas las vamos clavando en la esponja, intentando que ésta no se vea y jugando un poco con las formas y los colores. Y si en el ramo nos ha entrado alguna flor que no nos gusta, no la ponemos para no estropear el efecto.
     Si hacemos un ramo de un solo color pero en dos tonos, debemos arrancar cada flor del pomo y cortarlas las bies, y las vamos clavando alternando los tonos, podemos hacer círculos concéntricos, uno claro u otro oscuro o simplemente alternar una flor clara y otra oscura. Y si hemos contrastado colores hacemos exactamente igual.
   Cuando tengamos hecho esto, y estemos seguros de que todas las flores están bien clavadas, procedemos a envolver.
   Yo uso papel de celofán transparente con algún dibujito, si el centro es de un solo color uso ese color para el dibujito, si es de dos uso el color predominante o el que menos tenga el centro, según me parezca, con el lazo de ese color, y si el cesto es de colores suelo usar un papel transparente con dibujos de mariposas o mariquitas, con un lazo del color del dibujo.
   Luego lo envuelvo como todas las cestas que hago, pongo en una mesa el pliego de papel y la cesta encima, aproximadamente en el medio, y lo cojo todo hacia arriba, y lo cierro con el lazo, dejando papel por encima del lazo para que abulte. No sé si lo estoy explicando bien, pero es que no tengo fotos de esas cosas, a la próxima cesta que prepare le saco una foto y la pongo.
   Esto mismo puede prepararse en cualquier recipiente, pero el problema es que si es de cristal, la esponjase ve y no queda muy bien así que lo ideal es que sea un cristal oscuro o plástico, o incluso porcelana.
     Estas mismas cestas de regalo las he hecho con plantas, y quedan espectaculares. El proceso es parecido, forramos la cesta con plástico, y podemos añadir si queremos en el fondo láminas de coco o grijo, pero con el plástico suele ser suficiente, y añadimos tierra que sería bueno mezclar con abono, pero que tampoco es imprescindible. Yo suelo poner un poco del abono que tengo para mis plantas para que duren más, pero eso es cosa de cada uno, no es algo imprescindible, y una vez hecho esto viene la elección. Yo, la primera cesta que hice fue para una señora a la que le gustan todo tipo de plantas, así que no me compliqué demasiado porque era simplemente un detalle y tenía poco dinero para gastar.
  Hace años que mi madre y yo sacamos esquejes de nuestras plantas y siempre tenemos  plantas pequeñas que podemos usar. En esa ocasión cogí una cisus de la que ya he sacado un montón de hijos y le puse también un esqueje de ficus de hoja grande y otro de hoja pequeña. Como todo eso lo tenía yo en casa, compré dos pensamientos con las flores en morado, a un euro cada uno, y me quedó una cesta preciosa. He visto en una web que una cesta parecida cuesta  entre cuarenta y cincuenta euros, y a mí me salió por seis contando la cesta y la parte proporcional de la tierra. Ya sé que seguramente no me ha quedado tan bonita como la que venden, pero es un regalo realizado con cariño y a la persona a la que se lo di le hizo mucha ilusión.
   Otra cesta de plantas que preparé fue “temática” porque era para una chica a la que le gustan mucho las hierbas aromáticas. Yo tenía claro que iba a regalarle una cesta de plantas pero no sabía muy bien que poner, y un día, hace muy poco, en un supermercado que se llama el Arco, vi plantas aromáticas a un euro, así que compré tomillo, albahaca y estragón, y yo tenía en casa esquejes de romero, hinojo y lavanda, así que le preparé un centro precioso. En lugar de usar una cesta, vi una regadera en los chinos que era baja y ancha, imitando a antigua, así que se lo presenté allí, y en lugar de papel celofán lo envolví en papel pinocho morado como la lavanda  y como unos dibujos que tenía la regadera. Por unos siete euros hice un regalo alucinante. Y cuando se lo di me ocurrió algo que nunca me pasa, me arrepentí un poquito porque quería quedármelo, realmente me había quedado muy bien.
    Otra opción, que yo también hice, es hacer una cesta con cactus. En este caso fue para una persona que no tiene demasiado tiempo para ocuparse de plantas, así que hice un centro de cactus, y este sí que se lo presenté en un recipiente de cristal. En el fondo puse unas piedrecitas de colores que me habían sobrado de la pecera, luego eché la tierra y fui plantando los cactus. Yo también tenía algunos hijos de mis cactus, y solo compré tres, y los cogí totalmente distintos.
   Hay mil ideas que se pueden hacer, por ejemplo en las tiendas Casa venden espantapájaros pequeñitos que podemos clavar en las cestas y quedan muy simpáticos, o podemos poner enanitos de jardín pero muy pequeñitos, depende del destinatario del regalo. Lo importante hacerlo con cariño, y en las cestas de flores cortar bien las flores y empapar bien la esponja, y en las de plantas pues eso, plantarlas bien, con suficiente tierra y no demasiado amontonadas. Y  podemos incluso coger enredaderas y hacer una cesta para colgar, en el salón o en la terraza quedan muy bien. Recordad que podemos coger nosotros las flores o el verde y darle un aire rústico. Y desde luego, podemos hacer centros de Navidad espectaculares, otro día os lo explico. Pueden ser con piñas, troncos, ramas de pino y flores de pascua. Hay mil ideas.

martes, 2 de agosto de 2011

Ideas para preparar una cesta de dormir o de relax


     Ideas para preparar una cesta de dormir.  


Hola a todas, ¿cómo os va el día? Espero que muy bien. Bueno, pues yo, leyendo aquí y allá me he dado cuenta de que a muchas de vosotras os gusta esto de regalar cestas, así que os voy a contar qué hice con la cesta que aún me quedaba de mi impulsiva compra en la liquidación de los chinos.
      Ya  os decía un poco más atrás, cuando hablaba del regalo que le hice a mi suegro un año por su cumple, que en mi familia hay diez sobrinos, o sea, que siempre estamos de cumple.  Bueno, pues para colmo, hace ya años que entre todos llegamos al acuerdo de regalar ropa para los cumpleaños porque los amigos ya regalaban juguetes y a todos nos parecía más útil regalar ropa
     Pues ese año, hace en realidad poco tiempo, era el cumpleaños de una de mis sobrinas más mayores. A mí, antes de regalar, me gusta tantear para ver lo que necesitan porque luego es un rollo juntarte a  lo mejor con cuatro o cinco camisetas que no pegan nada entre sí y en lugar de solucionar te incitan a comprar un pantalón. Y hablando con madre e hija supe que la chica se iba en breve de viaje de estudios a Inglaterra, que le habían recomendado llevar ropa de abrigo, y así como quien no quiere la cosa supe que lo que más necesitaba eran pijamas y batas y esas cosas.
   Y  en  ese  momento  supe lo que iba a hacer con la cesta que aún estaba en el armario Mi idea inicial había sido regalarle a la niña algo de temporada, estábamos en primavera, pero decidí que puesto que le habían recomendado llevar ropa de abrigo lo mejor era comprar algo de invierno que estuviese a buen precio pues todavía quedaba por ahí algo de las rebajas.
    Sabía yo que mi sobrina era fan de Snoopy, así que decidí buscar un pijama que tuviese ese dibujo, y a la primera, por una vez, la suerte me acompañó, y en Alcampo encontré un pijama azul y blanco con Snoopy que estaba superbarato, y tenían otro igual en versión de camisón de invierno, pero moderno y juvenil, no era un camisón de señora mayor ni de niña pequeña, así que como tenía que hacer un buen regalo, cogí los dos, y justo enfrente tenían ropa interior haciendo juego, a tres euros el conjunto, así que cogí una camiseta con una braga con el mismo dibujo del pijama y del camisón. Como era tan barato no me arriesgué a coger el sujetador porque es más difícil acertar en la talla y no quería que tuviesen que cambiarlo, y para el frío una camiseta es ideal, y además no era de niña pequeña, era de chica mayor y a mi sobrina seguro que le gustaba.
    Salí de allí contentísima porque por lo que me costaba un pijama de temporada yo llevaba dos y un conjunto de ropa interior, pero quería darlo completo del todo, así que fui a Primark y por muy poco, creo que cuatro euros o algo así,(en los sitios donde había mirado, Alcampo incluido no lograba encontrar ninguno que bajase de los 15 euros) encontré una bata-albornoz. Me explico, la bata tenía forma de albornoz pero el material de que estaba hecha era una mezcla entre la tela de toalla y de un material polar, era muy muy suave e ideal para un viaje a un sitio frío. Cogí una que era azul con nubecitas blancas que quedaba genial con lo que ya tenía.
    En unos chinos que hay cerca de mi casa cogí un neceser con Snoopy a sesenta céntimos, unas zapatillas azules con nubes blancas muy parecidas a la bata a un euro con veinte, un juego de cepillo y peine de plástico azul a sesenta céntimos y un peluche chiquitín de Snoopy.
   En casa cogí la cesta, la forré con papel de seda que ya tenía y puse la bata-albornoz al fondo, y delante el pijama y el camisón, doblados con gracia uno a cada lado. Delante puse el conjunto interior y el neceser con los cepillos dentro. Y a un lado las zapatillas y el peluche. Como el peluche era muy pequeño, en lugar de envolverlo hacia arriba dando volumen, lo envolví con un celofán transparente que ya tenía, pero lo ajusté a la cesta, como si fuera un paquete normal y lo pegué por debajo. Y encima le puse un lazo azul, que también tenía, como en los paquetes de regalo de las películas, justo en el medio de cesta.
     Cuando mi sobrina lo vio quedó encantada. Probablemente había recibido regalos más caros, pero este tenía todo lo que necesitaba para llevar de viaje, y la presentación era estupenda De verdad, no sabéis lo bien que quedan las cosas presentadas así. Y es muy fácil de hacer, solo es intentar acertar con el gusto de la persona que cumple años o que celebra algo, porque es quien al fin y al cabo va a recibir el regalo, y luego solo queda mantener una gama de colores y de marcas. Si seguimos esas reglas básicas, lo demás sale solo.
  Creo que yo he hecho cestas o cajas con casi todo, y otro día os iré dando más ideas. Las podemos hacer de lluvia para niños, de playa, de maquillaje, de chocolates.
     Vosotras, en lugar de ponerle pijama y el camisón podéis poner un pijama largo y otro corto, por ejemplo, o un albornoz y una bata, depende mucho de quien vaya a recibir el regalo Y también queda muy bien hacer kit de descanso, pues muy fácil, simplemente en una cesta o caja igual que la que estamos usando pero más pequeña ponemos unas barritas de incienso con su quemador, y podemos incluso poner unas infusiones de esas de relax que hay en casi todos los súper. Podemos poner la caja entera o comprar una taza en los chinos y meter unos sobres de infusión sueltos, que queda como más original. Hay miles de opciones, aunque sí que os recomiendo que llevéis  los cálculos muy al día porque en cuanto empezamos a comprar, sino nos paramos a pensar, acabamos gastando más de la cuenta.
    Bueno chicas, os dejo, y espero no resultar demasiado pesada, y espero también que os sirva la idea porque por veintipocos euros hice un regalo que en cualquier tienda me habría costado el triple y además no habría estado tan personalizado. Además de ahorrar el regalo siempre es más completo. Y de nuevo os digo que si tenéis ideas me las digáis, que a mí aún me quedan muchos regalos por hacer. Saluditos y hasta pronto.
¡Ah! Os dejo una foto de unas huellas de dinosaurio preciosas que tenemos aquí en Asturias. La verdad es que no se aprecia demasiado bien en la imagen, pero en la realidad nos hace sentir muy pequeños al ladode unos animales inmensos que se extinguieron de una forma un tanto misteriosa. Ahora si que os dejo. Bye.

lunes, 1 de agosto de 2011

Celebraciones especiales; una excusa para estar juntos.


Celebraciones familiares, mi modo de vida.

Hola chicas ¿qué tal todo? Espero que muy bien, disfrutando de este veranito, aunque por estas tierras nórdicas el sol se niegue a brillar.
   Hoy quería hablaros, al igual que hice hace poquito con las cenas especiales de los viernes, de lo importante que es buscar momentos especiales en estos días difíciles.
   Una cosa que a mí me gusta hacer es encontrar cualquier excusa para que la familia se reúna. Me gusta que a pesar de las dificultades pasemos juntos momentos que nos hagan olvidar los problemas, porque al final, por malos que vengan los tiempos, esos momentos que hemos vivido nadie nos los podrá quitar. Y precisamente por eso, una excusa ideal es la celebración del santo de mis hijos.
    Seguramente a muchas de vosotras os puede parecer algo absurdo o frívolo, pero yo llevo mucho tiempo haciéndolo y siempre busco la forma de acomodar mi presupuesto el “evento”.
   Uno de los santos es en primavera y el otro en verano, así que es algo muy bueno porque podemos celebrarlos al aire libre. A estos santos siempre vienen mis padres y mi hermana, lo hacemos cada año, es ineludible y siempre intentamos pasar ese día tan especial juntos.
   Y cada año planificamos algo que sea divertido y que no salga caro porque claro, el resto del mes tenemos que comer y vivir. Y ahí entra en juego lo bueno de vivir en Asturias, pues tenemos áreas recreativas en casi todos los sitios, así que siempre elegimos una que tenga cerca algo bonito que merezca la pena visitar y cuya entrada sea gratuita o muy barata.
   El menú es en realidad el que llevó cualquier día de verano a la playa, pero presentado de forma que parezca más especial.
   La ensaladilla rusa, en vez de llevarla en el Tupper, la pongo en rebanadas de pan de molde que corto en triángulos,(lo podéis ver en las fotos que hay en la entrada de otra idea para las cestas y en una foto que os dejo), es algo que uso muchas veces y quedan unos canapés muy aparentes. Los filetes empanados los pongo en trocitos pequeños sobre rodajas de pan con un trozo de pimiento encima, también a modo de canapés y la tortilla la corto en pinchos. Y siempre suelo comprar algún fiambre baratito en el Día o en el Lidl, los dispongo en bandejas que guardo de cuando compro o me traen pasteles, preparo generalmente dos o tres bandejas, y una es de entrante para la comida y la otra queda para cenar. Como veis, gasto exactamente igual que un día en casa o en la playa, y todo es más especial. Además, suelo preparar una rica ensalada de tomate, que también reparto entre la comida y la cena. En alguna ocasión, en lugar de esto, compramos entre todos algo de carne y o pescado y preparamos una parrilla, siempre adaptada al presupuesto y comprando en las ofertas.
Como postre siempre hago una tarta de plátano con gelatina que está muy buena, y si a alguien le interesa otro día explico la receta.
    No sabéis lo que disfrutamos esos días, y nadie se imagina como me gusta sacar el mantel y poner la mesa en  medio de  un prado y saber que aunque somos pobres estamos juntos y somos felices. Poco más se puede pedir ya.
  Y después de la comida, y de los cafés que llevo en un termo entregamos los regalos al festejado. En  lo que voy a decir a continuación seguramente habrá división de opiniones, y me refiero a lo siguiente. Como mis hijos se llevan solo un año, les damos regalos a los dos. Ahora ya son mucho más mayores, pero cuando el que celebraba el santo tenía a lo mejor tres años, su hermano tenía dos o cuatro, según el momento, y no entendería porqué solo había regalos para uno. Entonces lo que yo hago es dar regalos que en su mayoría sirvan para los dos. Lo primero que hay que tener en cuenta es que es un santo y no un cumpleaños, y quiero que vean ese día como una reunión familiar y no solo un día que se dan regalos. Cuando eran pequeños les daba a lo mejor un balón para los dos y un juego de mesa o de manualidades que pudieran compartir. Al ir creciendo les he ido dando regalos variados, un par de raquetas de tenis o badminton para los dos, algún juego de mesa para compartir, algún CD de música que les gusté a los dos o algo así. Un regalo bonito pero no demasiado caro. Recuerdo una vez que entre todos les compramos una barquita hinchable para la playa, y fue un regalo que usaron un montón de tiempo.
    Las actividades que hacemos después de dar los regalos varían mucho. Siempre nos gusta jugar todos juntos a algo, aunque sea a las cartas, y luego realizamos la visita por la que nos hemos desplazado hasta esa área en concreto. Y puedo dar como ejemplo un  año en que fuimos a la Senda del Oso, aquí en Asturias, y fuimos a ver a las ositas Paca y Tola y visitamos el museo de la Casa del Oso, que es gratuito y muy interesante.
   Otro año visitamos Lastres, un pueblo ahora más conocido porque se rodó allí Doctor Mateo. Cada año elegimos un sitio, y si el dinero escasea demasiado, lo hacemos cerquita de casa para ahorrar gasolina porque auqneu no vayamos lejos siempre hay algo para ver.
     Después de la visita nos vamos a algún otro área recreativa o al mismo donde hemos comido y cenamos lo que nos ha ido sobrando, y terminamos el día todos juntos, contando viejas historias y recordando los años pasados, en plan viejecitos.
   Con el paso de los años, cuando ojeo las viejas fotografías de la celebración de los santos, o cuando veo los vídeos que año tras año he ido coleccionando, me invade una sensación de nostalgia que no podría explicar con palabras. Aunque los niños son ahora más mayores seguimos celebrando los santos, pero volviendo la vista atrás me doy cuenta de que las veces que mejor lo pasamos fueron aquellas en que teníamos menos dinero. Creo que al realizar estas pequeñas celebraciones trato de inculcar a mis hijos la importancia de la familia y lo importante que es aprovechar los pequeños momentos.
   Por eso desde aquí, y con mi escasa experiencia de la vida, os recomiendo a todas que busquéis días especiales para celebrar cosas con vuestra familia. No es necesario gastar más de lo que tenemos pensado, solo con prepararlo de una forma más atractiva ya es suficiente, y a nuestros hijos, aunque no siempre nos lo digan, les encanta sentirse rodeados por toda su familia. Y al final los regalos son lo de menos.
    Bueno, no os aburro más, aunque antes de nada os digo que dejo una foto de un cumple, no es un santo es un cumple de hace algo de tiempo, con algunos pinchinos que puse, y ahora me despido ya, en serio, pero antes de irme agradecería que me contaseis qué cosas celebráis vosotras. Ya otro día, para no cansaros más hoy, os explicaré unas celebraciones que mis hijos”han heredado” de mí. En el fondo son tonterías, pero es una especie de tradición y no puedo pasar sin hacerlas.
    Ahora sí que ya me voy, pero porfa, agradecería que me dieseis ideas nuevas que os veo yo demasiado tímidas. Mil besos.

domingo, 31 de julio de 2011

¿Qué puedo llevarle a mi amiga al hospital?


Mi amiga ha ingresado en el hospital,¿qué le puedo llevar?


   Hola, ¿qué tal ese veranito? Hoy os quería hablar de lo mucho que a veces cambia un regalo con una buena presentación. Eso vosotras ya lo sabéis, pero hoy me he acordado de un regalo que realizó un cambio espectacular cuando decidimos presentarlo de una manera más original.
    Hace aproximadamente un año, una amiga de mi hija tuvo que someterse a una operación de huesos, y estuvo ingresada en el hospital unos quince días.
    Todas sus amigas querían ir a visitarla, y el tema de conversación era siempre sobre lo que podían llevarle cuando fueran de visita. Unas querían llevarle revistas, porque la chica no podía levantarse de la cama y la lectura siempre entretiene, otras querían llevarle  un  librito  de  pasatiempos porque al parecer le  gustaban  mucho, otras decían  que lo mejor  eran  unos  bombones, y  al final no se  ponían de acuerdo y  seguramente  acabarían  llevándole  algo  repetido.
    Una de esas tardes,  mi hija  y  yo  estuvimos  hablando  y  llegamos  a  la conclusión  de  que  lo  mejor  era  hacer  fondo común  entre  todas  las  amigas  y  llevarle  un  super ”set” de  hospital.  Eran  siete  amigas,  así  que  decidimos  que con  5  euros  cada  una  se  podía  hacer  un  buen  regalo.  Y  lo  primero  que  se  hizo una  vez  reunido  el  dinero  fue  buscar una  manera  atractiva  de presentarlo. Al  parecer  el  color  favorito  de  la  niña  era  el  rojo,  así  que  se  fueron  a  un  bazar  chino  a  buscar  una  caja  grande  y  tres  pequeñas  en  rojo.  Después  de  buscar  encontraron  una  que  tenía dibujadas  mariquitas  en  rojo,  y  era  bastante  grande  y  además  tenía  tres  más  pequeñas  iguales.  En  una  librería  compraron  papel  pinocho  rojo  y  forraron  por dentro las  tres cajas con el  papel  para  que  no  se  mancharan.
  En  la  caja  grande  pusieron  dos  revistas  apropiadas  a  su  edad,  que  además  daban  un  regalito,  una  unas  gafas  de  sol  y  la otra  un  bikini.  Luego  metieron  dos  libros  de  pasatiempos  variados  y  para  que  quedara  más  bonito compraron un  bolígrafo  y  lo pusieron  al  lado.  Hubo  suerte  y  el  boli  tenía dibujadas  mariquitas,  lo que hace que quede mejor, pero  si  no lo  hay con  el mismo dibujo  no pasa nada, sirve uno que  tenga  el color predominante  en  la  caja.
   Por supuesto le metieron un peluchito para que le diera mucha suerte, y de nuevo pudieron conjuntarlo todo y encontraron uno con forma de  mariquita muy guapa y tierna.
   En  las  cajitas pequeñas, previamente forradas con papel pinocho, le metieron cosas de comer. En este punto es importante asegurarse de que el enfermo puede comer de todo, porque a mí me pasó con un sobrino que tuvo peritonitis y estaba a dieta así que los regalos solo pueden ser de leer o jugar.
   Como en este caso podía comer de todo, en una cajita metieron bombones de esos que se venden al peso, y en caso de no encontrarlos al peso a veces, en los supermercados hay cajas baratas, así que solo es cuestión de sacarlos de su envase original y meterlos en el nuestro. Bueno pues en una de las cajitas metieron los bombones, en otra caramelos y en otra unas pastas. Esto es lo que ellas hicieron, pero son solo ideas, siempre se pueden sustituir los caramelos, por ejemplo, por chicles o gominolas. Depende de lo que le guste a la persona que va a recibir el regalo.
      Las cajitas podemos dejarlas abiertas o si lo preferimos podemos cerrarlas y ponerles un lacito encima. Ellas lo presentaron así, cerradas, para que el interior fuera sorpresa y quedó muy bonito.
     Por último le pusieron un libro de una librería que tenemos aquí en mi ciudad que tiene unos precios más que razonables, y por dos euros con noventa y cinco encontraron uno de los que le gustaban a la chica que estaba ingresada.
    La verdad es que estos regalos se pueden presentar de muchas maneras, pero ellas lo hicieron de una forma que a mi me gustó mucho. La caja la dejaron abierta, con la tapa puesta por detrás de pie, así a la hora de cerrar quedaba como más armada. Y por dentro distribuyeron las cajitas pequeñas, el libro, los pasatiempos, el Boli, el peluche y las revistas, poniéndolo todo un poco de pie, y en la parte delantera, como les había sobrado dinero, le pusieron una tarjeta grande de esas que desean una pronta recuperación. Luego lo envolvieron todo con un celofán transparente que tenía dibujadas unas mariquitas en rojo. La verdad es que ellas tuvieron mucha suerte con lo de las mariquitas porque es un dibujo que se usa mucho para decorar y pudieron encontrarlo todo muy coordinado. Luego lo cerraron con un lazo rojo, en esta ocasión en lugar de ser de regalo lo usaron de tela, y justo en el centro de la lazada pusieron una flor de tela de peluche que tenía una carita pintada, y le daba al regalo un aire más informal.
    Al final, por la misma cantidad de dinero que tenían pensado gastar llevaron un regalo muy aparente, y por lo que mi hija me dijo, a su amiga le encantó. Es cierto que al presentarlo así todo parece más y mejor, y a quien lo recibe le encanta mirar a ver que hay en la caja. Y lo mejor es que la caja grande le sirvió para ir guardando los regalos recibidos durante los días que estuvo ingresada. Y la cara de la chica al ver aparecer a sus amigas cargadas con una caja enorme y con un envoltorio precioso fue para no perdérsela.
    Yo recomendaría que si alguna vez tenéis que hacer un regalo de estas características, y sobre todo sí sois varias personas, lo mejor es presentarlo así. Si en lugar de una chica joven se trata de una persona mayor podéis ponerlo en una cesta, y las revistas las compramos un poco más al gusto de esa persona, de cotilleo, de decoración, científica, de lo que sea. Y las cosas de comer, pues también a su gusto. A lo mejor en lugar de caramelos prefiere unas pasas o unas frutas confitadas, y el libro pues igual, según gustos. El envoltorio puede ser un poco más sobrio, pero yo creo que la tarjetita queda bien para cualquier edad. Y el peluche igual, a lo mejor en lugar de un peluche normal, a un señor podemos llevarle uno con el traje de su equipo de fútbol, y a una señora una muñeca de cara de porcelana de esas que imitan a las antiguas. Eso depende de la persona, pero aunque estemos regalando lo mismo que ya teníamos pensado, presentarlo así demuestra cariño, y demuestra que nos esforzamos para que el regalo les guste y para hacer más llevaderos los días de hospital. Y la caja o cesta pueden usarla para meterlos demás regalos que vayan recibiendo.
   Espero que os haya gustado mi idea, y como siempre os digo, soy toda oídos para recibir las vuestras porque pronto voy a empezar a dar regalos repetidos ya que se me agotan las ideas. Bueno, pues gracias a todas y hasta pronto. Besitos.