martes, 21 de agosto de 2012

Lo que me gusta leer


Hola a todos,¿cómo estáis? De verdad que espero que estéis todos muy bien, disfrutando de un verano inolvidable.
Hoy no quería hablaros de trucos, ni ideas de regalos o de aprovechamientos. Hoy quería hablaros un poquito de mí, me gustaría contaros un poco sobre mis gustos literarios, y espero que me contéis los vuestros, que soy un poco cotilla y quiero saberlo todo jejeje.
Bueno, para empezar os diré que adoro leer, es mi pasión, y leo de todo o casi todo, pero con la lectura me pasa algo muy curioso. Tengo momentos. A pesar de ser una persona que odia la rutina tengo una serie de tradiciones y éstas también incluyen la lectura.
Por ejemplo, todos los años, durante el verano, releo Orgullo y Prejuicio, de Jane Austen. Pero no lo leo en cualquier sitio ni de cualquier manera, no. Y cuando os lo explique os voy a parecer una cursi. Siempre leo este libro en el campo, y si puede ser en un lugar que conocemos que está junto a un río. Me siento debajo de un árbol y me sumerjo en la campiña inglesa del siglo XIX. Además, este lugar me recuerda mucho a los paisajes que se describen en el libro, y últimamente mi hija también lo lee, y en ese mismo sitio.
Además de Jane Austen me gustan muchos otros libros. Soy fanática de Ágatha Christie, y aunque comprendo que los asesinatos que describe hoy en día serían pan comido para la policía con nuestro valioso ADN, y todos los avances que tenemos procuro trasladarme a la época del libro y vivirlo a través de la imaginación. Si el libro transcurre en una playa me lo llevo a la playa, si es en la campiña me lo llevo al campo y si es en una ciudad lo leo en casa o, aunque suene raro, mientras voy de copiloto en el coche.
Uno de los temas que más me gusta leer es de asesinatos, en todas sus vertientes. He leído muchísimos libros sobre este tema, y no me canso, pero eso sí, me gusta dejar pasar tiempo entre un libro y otro, siempre meto por el medio algo relajadito para desconectar de uno antes de empezar con otro. Una de mis autoras favoritas es Patricia Cornwell, una forense que escribe novelas cuya protagonista es precisamente eso, forense. Como ya os he dicho algunas veces, cerca de mi casa hay una librería muy barata y tengo un gran surtido de libros gracias a ella, así que en mi biblioteca no faltan todo tipo de asesinatos.
Otro autor que me encanta es Ken Follet. El primer libro suyo que leí fue El escándalo Modigliani, escrito cuando era casi un desconocido y desde entonces los he leído casi todos. Y ya que hablamos de autores preferidos destacaría a James Ellroy y su Dalia Negra, entre otros.
Y ya puestos, me gusta un montón Noah Gordon, lo tengo todo y sé que la colección está completa porque él mismo ha dicho que no piensa escribir nada más pues ya tiene una edad y no quiere dejar ninguna obra inacabada. Me gustan todos pero en especial El médico. Recuerdo que cuando lo leí la primera vez, mientras no estaba leyendo no podía dejar de pensar en el libro.
Me encanta también John Grisham, el primero que leí fue El jurado y me enganchó para siempre, y he ido comprando sus libros cuando puedo según van saliendo.
Una escritora que me atrapa bastante es Isabel Allende, porque ningún libro es igual a otro. La casa de los espíritus está entretenida de principio a fin, Paula es una mezcla de amor y dolor que parte el alma y Una isla bajo el mar es una sorpresa de principio a fin, ni siquiera parece escrito por ella.
Me gustan tantos libros que me resulta imposible resumirlos todos. Me gusta mucho la novela histórica, especialmente los de Christian Jack, y tengo bastantes gracias a la generosidad de los Reyes Magos y a los regalos que he ido juntando de mi cumpleaños.
El caso Bourne, de Robert Ludlum es otro de mis clásicos de verano, lo leo siempre en Junio, en algunas ocasiones incluso me lo llevé de vacaciones. Y las novelas de Sven Hassel, un soldado alemán que no comulgaba con el régimen nazi y sufrió mil y un peripecias. Tengo un montón y me encantan, pero esas son atemporales, las leo cuando me apetece.
Recordaréis que os dije que entre una novela y otra de asesinatos me gusta relajar la mente. Bueno, pues esos días viajo en el tiempo y releo libros de mi infancia, Los cinco, Los Hollister, Los gemelos y un sinfín de libros de aventuras que acompañaron mis veranos. Me gusta llevarlos a la playa cuando voy a pasar el día, y leer después de comer, mientras reposo y tomo el sol, como hacía cuando era pequeña. Debo confesar que cuando lo hago, en verano, relajada e intentando saborear la vida a tope disfruto un montón, y como decimos aquí en Asturias,¡como presta!
Siguiendo con el verano, en estos días tan relajados me gusta leer de todo, desde Vargas Llosa, uno de mis últimos descubrimientos hasta Matilde Asensi o Carlos Ruíz Zafón, entre otros.
Por supuesto me hace ilusión leer alguna de las sagas que gustan a los adolescentes, así que cada verano le robo algún libro a mi hija. Cuando mis hijos eran más pequeños leía Harry Potter, luego llegó la saga Crepúsculo y me dejé envolver por el amor entre Bella y Edward, de nuevo en el campo, bajo los árboles, y este año le tocó el turno a Los juegos del hambre, que he de decir que no me gustó nada.
En invierno también tengo una serie de libros fijos. Por supuesto Ágatha Christie, en este caso los ambientados en Navidad y mi héroe inglés, Sherlock Holmes. Me encanta, tengo todas las obras de Sherlock y siempre las releo en invierno.
Y en los días de frío, mientras la lluvia repiquetea en los cristales me encanta leer unos libritos muy finitos cuyo autor es Jean Ray y el prota se llama Harry Dickson, transcurren en el Londres más tenebroso del siglo XIX, y me gustan mucho porque además me costó mucho trabajo conseguirlos, de hecho me falta alguno pero solo se pueden conseguir de segunda mano y es realmente costoso encontrarlos.
Y también en invierno suelo releer a Mario Puzzo y mi querido Padrino.
Y luego en primavera releo una historia de amor bastante desconocida que me gusta mucho, El beso de Judas de Victoria Holt.
Al leer esto vais a creer que me paso el día releyendo, pero nada más lejos de la realidad. Yo leo mucho, y me gusta ir conociendo cosas nuevas, pero a la vez me gusta tener ese referente que me dice que ya es verano y sigo disfrutando de mi árbol y mi río, o que ya es invierno y soy afortunada de estar en casa con los míos.
Y también leo poesía. Mi autor icono, preferido y referencia es Antonio Machado, lo tengo todo de él, obras completas, biografía y todo, aunque también leo a Lorca, Rubén Darío, Bécquer, Miguel Hernández, Juan Ramón Jiménez, Alberti, Amado Nervo, Benedetti y muchos otros, especialmente del Romanticismo y la generación del 98.
Para ir terminando os diré algunos de mis otros libros favoritos, aunque estoy segura de que me dejo muchos en el tintero. Algunos son; Papaíto piernas largas, Rebecca, Los puentes de Maddison, Gorilas en la niebla,           Lo que el viento se llevó, El silencio de los corderos, Las reglas del juego, Muerte al alba, El otro árbol de Guernika, Chacal …
No podría para. Veréis que actuales no hay demasiados, aunque sí que los leo, pero no sé porqué no me convencen tanto como los de “toda la vida”.
Y me gustaría añadir que estoy enganchada a la literatura nórdica, pero me gusta leerla en invierno, me pongo mucho más en situación.
Espero no haberos aburrido demasiado con esta entrada, y me gustaría mucho saber qué leéis vosotros. Y si alguno venís por Gijón, con gusto os diré donde está esa librería baratina. Las novedades, por supuesto, cuestan más o menos como en otros sitios, pero lo demás lo hay desde uno con noventa y cinco hasta…depende, tienen colecciones de todo. Y también compro en La casa del Libro, a veces hay ofertas de novedades o de no novedades, pero están todas muy bien.
Ahora os dejo para que disfrutéis del verano. Y ya sabéis, nos vemos por aquí, y mientras tanto a ser feliz y a saborear cada seguro que cuando se va ya no vuelve. La vida es un suspiro y hay que disfrutar.

sábado, 18 de agosto de 2012

¡Me encanta reciclar ropa!

Ideas para reciclar ropa.

Os dejo un link donde vemos con fotos como he reciclado alguna prenda.


Hola chicas y chicos!!!!!!!!!!!!!!!!!!!¿Qué tal todo? Me imagino que muy bien, disfrutando de este verano. Aquí en el norte se hizo esperar pero últimamente no deja de regalarnos largos días de sol, y noches apacibles y serenas para pasear así que ya no podemos pedir más.
Hoy os quería hablar de cómo podemos aprovechar la ropa que tenemos para poder ir siempre arregladas sin apenas gastar dinero o gastando lo imprescindible, intentando siempre gastar lo menos posible. A lo mejor pensáis que soy una superficial, pero aplicando algunos refranes hay uno que dice Según te ven, te tratan,  y todos queremos que nos traten bien, y además yo creo que lo mejor es no demostrar en todas partes que estamos justitos de presupuesto y tener la mejor apariencia posible.
Así que toca revisar lo que tenemos para poder sacarle todo el partido. En mi humilde opinión, vale más tener pocas cosas pero que estén en buen uso para que la ropa se vea presentable y nosotros también. Si somos cuidadosos, no nos manchamos, quitamos la ropa al llegar a casa y tenemos un mínimo de cuidado, con un simple quita y pon podemos arreglarnos. Está claro que hablo para casos en los que estamos realmente justos de dinero, normalmente todos tenemos más cosas, pero suponiendo que estemos fatal, vale más un quita y pon decente que un montón de cosas que están demasiado ajadas o muy pasadas de moda. No es necesario ir a la última pero tampoco que parezca que nos escapamos de Sensación de Vivir.
Para revisar el armario debemos mentalizarnos, porque en el fondo todos somos reacios a desechar y al final no tiramos nada, así que mente fría y pa´lante.
Si tenemos prendas que están nuevas pero simplemente se han pasado demasiado de moda, podemos guardarlas en una caja por si algún día vuelve dicha moda, pero no debemos esperar que vuelva a traerse todo lo que tenemos. Un abrigo merece la pena guardarlo pero una camiseta no siempre es útil ocupando espacio. Hay que pensar lo que guardamos.
Cuando tengamos claro lo que tenemos ponible para nuestras circunstancias es el momento de mirar lo que nos falta para ir comprando poco a poco o en rebajas, según el apremio y necesidad que tengamos. Si de momento nos arreglamos no compraremos hasta que los precios sean más asequibles.
Y claro, cuando compremos alguna prenda, debemos recordar lo que tenemos y comprar lo que vaya bien y nos haga servicio, y siempre lo más combinable posible. Yo intento siempre comprar cositas neutras porque si me compro una camiseta que tiene, por ejemplo, dibujada una cebra enorme todo el mundo la recordará y parecerá que no tengo otra cosa pero si me compro una lisa o con un dibujo discreto con un pañuelo que le añada o una chaqueta ya se verá diferente, mientras la cebra seguirá prevaleciendo por mucho pañuelo que pongamos.
Una cosa que sí que he hecho bastantes veces es reciclar vaqueros. Los que ya han quedado muy gastados o son demasiado anchos y están superpasados los he hecho cortos o piratas, no hace falta saber coser mucho y el cambio es espectacular, y para que la remodelación sea completa les he dado un nuevo aire añadiendo botones de colores en el bolsillo trasero o poniendo un pañuelo estampado trenzado a modo de cinturón. Cualquiera de estos pantalones se puede poner en verano, con una camiseta sencilla, la que tenga de otro año y unas cuñas o unas princesitas voy bien para ir a la playa o andar por la ciudad a diario.
En Internet tenemos mil y un ideas para customizar ropa, en muchos blogs hay DIY que se pueden hacer por muy poco dinero.
Una de las cosas más versátiles son las camisetas. Yo este verano he estado experimentando y he renovado mi vestuario gracias a unos cuantos blogs que dan ideas realmente fáciles. Una idea es coger una camisera básica, elegir un dibujo sencillo, por ejemplo un corazón y hacer esa forma en la camiseta con las tijeras, haciendo agujeros. Podemos ponerlo por delante o por detrás, como más nos guste o como mejor vaya a la camiseta, y esos agujeritos los rellenamos con un lazo que vaya bien, enhebrando con el lazo como si estuviésemos haciendo un tapiz. Parece muy complicado pero es sencillísimo y queda genial. Podemos incluso  poner un dibujo chiquitito en la parte delantera y uno grande en la parte de atrás.
Con una camiseta básica un poco grande podemos hacer una camiseta de flecos preciosa. Yo la copié de un blog de Raquel del Rosario que tenía en la revista mujer hoy. Solo hay que medir con una camiseta que nos quede bien y coser un poquito, no sé explicarlo bien pero si miráis en ese blog veréis algunas ideas muy bonitas.
Además he aprendido a hacer distintas flores de tela, de nuevo gracias a los muchos tutoriales que pululan por Internet y les he dado un nuevo aire a algunas prendas. He hecho unas flores en color crudo y las he puesto en una chaqueta tipo blazier marrón de la que ya me había cansado, le he cambiado los botones por unos en el mismo tono crudo de la flor y me ha quedado genial. Además la flor se puede quitar cuando me canse. He puesto unas flores de ganchillo azul marino en un cinturón y otras iguales en un bolso de tela que tenía de hace tiempo y me pongo ambas cosas con shorts vaqueros y una camisa hippy y quedan genial.
Si se os rompen algunos leggins podéis hacerles vosotras más agujeros, dándoles un aire casual muy chulo. A mi hija le pasó con unos leggins grises que siempre habían pasado desapercibidos y desde que los dejó en plan queso Gruyere son la sensación del colegio, pero eso sí, siempre intenta combinarlos con cosas que no le den un aspecto de dejada o descuidada. Y una forma de hacer los leggins diferentes es coserles tres o cuatro botones en la parte de abajo, quedarán tipo piratas muy bonitos.
Con lejía también podemos hacer muchas cosas, desde estampar dibujos en camisetas hasta desteñir pantalones. Podemos coger unos pantalones que ya nos aburran, atarlos con gomas de esas de los zapatos enroscando aquí y allá y sumergirlos en agua muy caliente en la que hemos diluido una botella de lejía, y solo hay que dejar actuar removiendo de vez en cuando. Cuando sequen lo suficiente para que la lejía no se escurra ni salpique les quitamos las gomas y dejamos secar del todo. Quedarán unos pantalones desteñidos geniales. Y para teñir camisetas podemos hacer igual. Metemos en agua caliente tinte de ropa del color que queramos, y atamos la camiseta por distintos sitios. Sumergimos y  al sacarla quedará una camiseta teñida genial.
Podemos usar este truco si se nos salpica alguna prenda con lejía.
También he hecho bolsos con camisetas de tirantes. Es importante que no tengan dibujos, sirven lisas o de rayas o lunares, algo así. La verdad es que es muy fácil, juntamos los tirantes para que encajen y formen las asas, generalmente tenemos que girar la camiseta por eso es mejor que no tengan dibujos pues quedarían a un lado, luego cortamos lo que nos parezca que sobra por debajo, cosemos y listo. Yo tengo una bolsa de playa y un bolsito que me va con algunas cosas.
Además este verano he hecho distintas flores de tela, como ya os decía, y las he puesto en imperdibles y de vez en cuando las añado a alguna prenda. Tengo unos collares de esos de bolitas que se traían hace tiempo, pues he visto en la tele una idea para darles una nueva vida. Solo hay que enroscarlos alrededor del cuello con varias vueltas y unirlos a un lado con una flor que vaya bien, del mismo color o en contraste para que pegue con el bolso o los zapatos. Dicho así es difícil de imaginarse pero queda muy bien sobre una camiseta lisa y algo sosa. Y una idea que voy a hacer porque se trae mucho y hay un montón de tutoriales es hacerme un cuello.
Es algo fácil y que también le da un aire nuevo a algunas prendas, y solo hay que recortar el cuello de una camisa que no nos sirva, vale del marido o de un padre, y añadirle algo que la personalice. A mí me gustan las que llevan tachuelas pequeñas en los picos, que he visto en algunos blogs y las que tienen algún dibujo muy chiquitín, que podemos hacer nosotras con un rotulador textil, por ejemplo. Luego se pone el cuello en un jersey o en una camiseta que quede bien y vamos renovando vestuario sin gastar.
El calzado a veces también lo reciclo. Si los zapatos son muy buenos y caros alguna vez los he llevado al zapatero a arreglar porque merece la pena, pero si son demasiado baratos me lo pienso, depende de lo útiles que me resulten. Hace cinco años mi madre me compró unas sandalias a 12 euros que son las mejores que he tenido, y las arreglé mil veces porque estaba segura de que no encontraría otras tan cómodas. Cuando se me despegó una tira la pegué con loctite y cuando se volvió a despegar mi marido la aseguró con un tornillo por dentro. Cuando se me despegó la suela también la pegué con loctite y con cola de zapatero. Sé que en este caso me gasté más de lo que valían las sandalias pero es que parecían hechas a medida y ahora que ya se me han roto del todo las echo de menos y no he podido encontrar ninguna tan cómoda y además iban bien con todo. Por tanto, aunque en este caso económicamente no salí ganando mis pies tuvieron su merecido descanso veraniego.
Con los niños no siempre compensa arreglar, depende del momento. Si a finales de agosto se les rompen los zapatos es una faena porque lo que les compremos seguramente el año que viene no les servirá. Yo siempre guardo en casa cordones de repuesto para ir cambiándoselos a los playeritos tipo Victoria o Converse y les pinto la goma y la suela con betún blanco, y así siempre parecen que están más nuevos. Si se les despega la goma muy a últimos de verano intento pegarla y tirar porque en breve empezarán al cole y cuando mis hijos eran más peques llevaban uniforme así que los playeritos ya no se usaban. Para las princesitas rozadas y hechas un asco yo he usado un truco en alguna ocasión. Lo primero es colocar la princesita sobre una tapa de caja de zapatos para no manchar, y cubrimos el zapato de cola blanca diluida en un poco de agua. Con celo tapamos el lacito o los adornos que tenga y luego dejamos caer por encima de todo el zapato purpurina del color de la princesita, negra si es negra, lila si es lila y dorada si es dorada. Dejamos secar, comprobamos que está bien cubierta y si hay huecos completamos con más purpurina. La purpurina que cae en la tapa la podemos guardar en el bote para otra ocasión. De verdad que quedarán como nuevas y evitamos comprar algo que casi no van a usar porque llega el tiempo de zapato escolar y botas. Y esto también vale para las nuestras, incluso para cuñas de tela que se ven muy desgastadas, podemos echar la purpurina solo en la puntita.
Si un abrigo está demasiado visto le cambio los botones por algunos que vayan bien pero que le den otro aire, y procuro añadirle algún broche y complementos que le hagan parecer diferente.
Aunque parezca una bobada, hace años que me hice el propósito de no “casar las prendas” es decir, no pongo siempre el pañuelo rosa con el vestido negro, por ejemplo, porque así las prendas se harán muy vistas, un día pongo el pañuelo rosa con el vestido negro, otro día lo pongo con la camiseta de tirantes estampada y otro día con una chaqueta o atado a un bolso. Y el vestido negro un día lo llevo con pañuelo, otro día con un collar grande y al siguiente con un jersey calado encima. Solo son ejemplos, pero es que a veces tengo la sensación de que la gente crea una serie de conjuntos y no se atreven a combinarlos de otras maneras y están perdiendo muchos modelos.
También cambio los bolsos, no siempre llevo el mismo bolso con la misma ropa y a veces les añado algún complemento, un broche, que me encantan, o un pañuelo, o le quito las asas y lo llevo como una cartera, en los que se puede, claro. A algunos les añado un lazo, depende mucho del modelo pues unos admiten muchos adornos y otros ninguno, pero es cierto que si llevas otro bolso y otro pañuelo, el pelo un poco diferente y te pintas un poco ya pareces otra.
Y si hablamos de complementos os diré que con los pañuelos podemos salir de muchos apuros, podemos llevarlos a modo de torera en verano, dando un aire muy distinto a nuestra ropa, podemos hacer incluso una camiseta, lo he visto en algunos tutoriales y es muy sencillo, y la verdad es que nos ayudan a ir diferentes. Una camiseta básica puede parecer otra cosa con un pañuelo.
Ahora que está tan de moda el estilo vintage una cosa muy chula es poner puntilla en alguna camiseta, en la zona del escote o en el cuello, por ejemplo. Hay puntillas que no son muy caras y queda precioso. Y sirve para las blusas y algún vestido.
La verdad es que intento aprovechar la ropa al máximo, creo que realmente reciclo bastantes prendas, pero ahora que debería daros ideas resulta que no me acuerdo de todas, así que os digo las más recientes o las que más uso.
Para niñas, una buena idea si un vestido les queda cortito es ponerle una puntilla en el bajo, así alargaremos un poco su vida. Y cuando una chaqueta de punto les quede demasiado justa podemos hacer una especie de puntilla de ganchillo, seguro que alguna madre o abuela sabe, y la ponemos en las mangas y por los bordes. Puede ser del mismo color o de otro combinándolo con los botones. A lo tonto le estiramos la vida de esta prenda hasta que acabe el veranito.
Y si tenemos una chaqueta vaquera un poco ajada o a los niños les viene corta de manga podemos hacer un chaleco. Yo lo hice alguna vez, y la última solo le corté las mangas y cubrí uno de los bolsillos con chapas del grupo que le gusta a mi hija. Para los peques podemos poner pins con motivos infantiles, o una pegatina textil de un personaje de moda o coser nosotras al susodicho personaje recortado de otra prenda. El caso es cambiarlo un poco para que no se note demasiado que es una vieja cazadora.
Si queréis que parezca que tenéis más ropa, lo mejor que podéis hacer es mirar un poco en Internet, no me canso de repetirlo, hay tantos tutoriales que es un enganche total. Lo más fácil de customizar son las camisetas y los vaqueros, pero hay ideas para casi todo y si somos un poco mañosos y nos esforzamos podremos ir muy bien sin gastar demasiado. Y lo mejor es que nos entretendremos un montón. Yo creo que lo ideal es empezar en invierno, en días cortos y fríos, con una buena taza de chocolate caliente delante, así nuestras tardes serán más entretenidas y nos harán más llevadera la espera del verano.
De momento estas son las ideas que se me ocurren, pero de verdad que os invito a transformar la ropa, a veces unos botones convierten una prenda sosa en algo muy bonito, y dedicar cinco minutinos a buscar un pañuelo que quede bien o poner un cinturón en una camiseta demasiado floja no nos cuesta nada y el resultado merecerá la pena. Bueno chicas, pues espero impaciente que me deis ideas porque tengo aún algunas prendas que quiero mejorar, y me apetece algo fácil, barato y original, así que animaos. Os espero y que sigáis disfrutando del verano.

lunes, 13 de agosto de 2012

Ideas para aprovechar la comida que nos ha sobrado

Ideas para aprovechar los alimentos que han sobrado.


Os dejo una entrada más reciente y mejor explicada para aprovechar alimentos que han endurecido, ideas originales. 


Hola chicas!!!!!!!!!!!!! He tenido esto demasiado abandonado, así que espero que poco a poco iré poniéndome al día, y para empezar se me ha ocurrido hacer una entradita con ideas para aprovechar la comida que nos ha sobrado. Mi abuela siempre decía que tirar la comida era “pecado” y a lo largo de los años no he podido encontrar una palabra que mejor lo defina. En estos momentos muchas familias lo están pasando realmente mal y tirar la comida es algo terrible. Creo que aunque fuera multimultimultimillonaria seguiría aprovechando comida. Nunca se sabe lo que hará uno, a lo mejor me vuelvo la más excéntrica del mundo, quien sabe, pero estoy segura de que no tiraré nada de comida.
Bueno, pues hoy os contaré alguna de las cosinas que hago yo cuando me sobra comida, pues soy incapaz de tirarla.
No sé si os pasa a vosotras, pero yo calculo fatal con el arroz blanco. Unas veces hago demasiado poco y tengo que complementarlo como puedo y otras me sale arroz para un regimiento. Bueno, pues cuando me sobra lo guardo en la nevera y tengo tres o cuatro recetas que hago siempre, según la cantidad que me haya sobrado.
Si me ha sobrado un vaso o medio vaso de arroz lo uso al día siguiente como entrante de la cena en ensalada. Para las ensaladas de arroz hay mil recetas, yo no me complico y lo preparo parecido a la vinagreta, ya sabéis, mezclándolo con cebollita picada muy menuda,  pimiento, huevo duro y si lo queréis un poco de atún o jamón cocido, aderezado con aceite y vinagre al gusto o con mayonesa, como más nos guste.
Si nos ha sobrado muy poco y es escaso hasta para ensalada yo siempre lo uso para rellenar tomates, quedan geniales así. Es muy fácil, solo hay que vaciar los tomates y en una sartén freímos muy despacio la carne de los tomates en dados, un poco de cebolla y ajo picado bien finito y añadimos el arroz con las hierbas que más nos gusten, yo suelo añadir orégano, albahaca, romero y tomillo pero cada uno puede poner las que quiera. Con esta mezcla rellenamos los tomates y cubrimos con pan rallado y un poco de queso también rallado y gratinamos unos minutos. Los tomates pueden estar crudos o hervidos, depende de si os gustan más duritos o más blandos. Es una receta que gusta mucho y no se gasta nada, solo en los tomates. Y presentados sobre un lecho de lechuga o escarola quedan ideales.
Y cuando me sobra mucho arroz hago un pastel. Para los pasteles hay un montón de recetas pero yo siempre uso dos que me resultan muy bien.
La primera es la más sencilla. En un molde rectangular pongo una capa de arroz que cubro con atún mezclado con tomate, y luego cubro de nuevo con una capa de arroz, añadiendo esta vez más salsa de tomate y unas verduritas salteadas, las que tengamos por casa pues tratamos de aprovechar y de nuevo cubrimos de arroz, y ponemos encima bacon o jamón cocido y así vamos cubriendo hasta que se nos acabe el arroz. Entonces cubrimos de mayonesa y servimos frío. Recordad que estamos aprovechando así que usaremos ingredientes que tengamos por casa, aunque sea poca cantidad, bien estirado funciona fenomenal.
La otra receta consiste en coger algunas verduras, puede ser espinacas, brócoli o lo que tengamos, y una vez hervido lo salteamos con ajo, cebolla y el arroz que tenemos reservado. Cuando todo esté bien sofrito lo añadimos a dos huevos que habremos batido previamente y lo mezclamos bien para verterlo en un molde engrasado. Ponemos por encima trocitos de algún queso que tengamos y lo metemos en el horno que habremos precalentado, dejándolo media hora a 180 grados. Este plato se come frío o caliente, acompañado de salsa de tomate o mayonesa.
Cualquiera de estos dos pasteles son una buena sugerencia para llevarlos cuando nos vamos a comer o cenar a la playa o de área recreativa, o podemos dejarlos hechos y cuando llegamos a casa cansadas después de un día al aire libre tenemos ya la cena hecha. Con un gazpacho o una ensalada son una cena muy completa.
Pero no solo el arroz puede aprovecharse, también la pasta es ideal. Si preparamos macarrones a la carbonara, es decir con salsa de nata y bacón, y nos han sobrado unos pocos podemos hacer una tortilla. Simplemente debemos batir unos cuantos huevos, depende de la cantidad de pasta que tengamos, y mezclamos bien los macarrones con los huevos batidos a los que podemos añadir un poco de queso rallado si queremos. Luego vertemos la mezcla en una sartén y vamos dando la vuelta como si fuese una tortilla de patata. El resultado es sorprendente y a todo el mundo gusta. Yo he leído que pueden hacerse con más salsas, tipo boloñesa o napolitana,  pero yo nunca lo he probado, no sé como salen, la carbonara en cambio es ideal porque la nata es muy cremosa y con el huevo es una combinación que no falla.
Si lo que nos ha sobrado es una ración de carne guisada o de bonito con tomate podemos hacer una empanada. Si somos un poco mañosos podemos hacer un hojaldre casero, pero si no nos atrevemos o tenemos prisa venden hojaldres muy baratos que nos sirven perfectamente. Simplemente debemos sofreír tomate, cebolla y pimiento y añadir esos restos de carne o pescado desmenuzados. Luego rellenamos con ellos el hojaldre, pintamos con huevo y horneamos. Es una idea buena para cuando tenemos muy poca carne o pescado y somos muchos a la mesa porque así da para todos. Esa misma carne o ese pescado puede usarse para un consomé o para rellenar canelones.
Si nos han sobrado unas   rodajas de carne asada que no dan para nada podemos usarlas de la siguiente forma. Cortamos rodajas muy finas de pan del día anterior, ponemos encima de una de ellas media rodaja de la carne y un poco de cebolla pochada o una tira de pimiento. Tapamos con otra rodaja de pan y pasamos por huevo batido. Luego freímos esos “bocadillos” en aceite muy caliente y están deliciosos. Yo a veces los dejo hechos y cuando llegamos de la calle, mientras se prepara la cena los vamos picoteando.
Algo que hago mucho también es pudding con los bordes que le quito al pan de molde. Ya sé que es más cómodo comprarlo sin corteza pero creo que la diferencia de precio es considerable y de esta forma me aseguro un postre. Simplemente debo mezclar 4 huevos, medio litro de leche y cuatro cucharadas de azúcar con las cortezas, batiéndolo todo bien. Vierto en un molde caramelizado y dejo en el horno una media hora a 180 grados, pero he comprobado que en otros hornos tarda otro tiempo así que lo mejor es ir probando. Es un postre ideal y barato. Se puede servir frío o caliente y con salsas dulces o mermelada.
Con el pan que me queda duro hago varias cosas. Por un lado lo rallo y así me aseguro unos ricos rebozados sin gastar, si es del día anterior lo frío para añadir a sopas o purés, o lo frío con hierbas para la ensalada César. Y el resto lo uso para torrijas, que frío después de remojarlas en leche con canela, bien pasaditas por huevo y baño de almíbar.
Un postre sorprendente es este que os voy a decir. Si os han quedado por ahí botes de mermelada que solo tiene un poco en el fondo y no dan para nadie, cogedlos. Por otro lado conseguid unas obleas de hojaldre para hacer empanadillas que hay en cualquier súper y que son muy baratas, no llegan al euro. Cogéis una oblea, le ponéis una cucharadita de mermelada en el centro y dobláis y apretáis bien los bordes con un tenedor. Luego se fríen en aceite abundante y se espolvorean de azúcar y canela. Este postre es barato, sirve para terminar los tarros de mermelada que siempre tienen un poco y gustan mucho. Además, es divertido no saber que sabor va a ser el tuyo, quizás fresa, quizás melocotón o quizás ciruela… te sorprenderá.
Mi receta estrella de los últimos años es “La cuchara comestible”. Yo creía que era una receta muy original pero he visto en Internet que mucha gente la conoce así que de original nada. De todas formas es algo muy bonito y me gusta compartirla con vosotras. Cuando el pan de molde se nos ha quedado algo duro lo estiramos bien con un rodillo. Una vez hecho esto usamos una cuchara que tengamos como molde y recortamos, guiándonos de ella, nuestras cucharillas de pan. Luego las metemos en el horno precalentado unos minutos, hasta que veamos que se doran y cuando las saquemos, aún calientes, les doblamos un poco el mango para que queden de pie, como las cucharillas de presentación de canapés que hay en muchos restaurantes. Luego les ponemos lo que queramos, atún con tomate o mayonesa, gambas salteadas, lo que nos guste porque la estrella serán las cucharillas, que además de dejar boquiabiertos a los invitados nos  hacen la vida más fácil porque gracias a ellas nos ahorraremos de fregar.
Y ya para finalizar, os diré que las legumbres que me sobran suelo cenarlas un día o dos después en un puré al que añado un chorrito de nata líquida para que quede más cremoso, y las sirvo acompañadas de pan frito y con un chorrito de aceite de oliva. Los garbanzos a veces los aprovecho con vinagreta que están buenísimos. La carne del cocido la suelo usar para croquetas y la fruta para macedonia o para meter en gelatina. Las galletas que se ablandan las uso de base en algunas tartas o flanes, bien aplastadas y mezcladas con mantequilla derretida o las relleno con flanín o mermelada y las frío, para espolvorearlas después con canela y azúcar. Si me pongo a pensar seguro que recuerdo más recetas, pero éstas, a groso modo, son las que me están ayudando a salvar esta crisis y tener así todo un dinerito para vivir la vida, y para cubrir un imprevisto.
Por hoy ya no os aburro más, espero que mis ideas os sirvan de ayuda y me gustaría mucho que me contaseis como aprovecháis vosotras la comida que os sobra. Muchas gracias por leerme y nos vemos pronto. Muchos besinossssssssssssssssssss.
Por cierto, la foto que pongo es en homenaje al entrenador del equipo de fútbol de mi ciudad, que nos dejó inesperadamente el pasado Junio. Esto que vemos son algunas muestras de cariño que los aficionados fueron dejando en el estadio de fútbol, y ya que yo también estuve allí quería dedicarle este pequeño y humilde homenaje a esta persona que tuvo una vida dura y llena de tragedias, pero con un espíritu realmente luchador. Como el decía, “Seguro que mañana saldrá el sol”.
Desde aquí un abrazo para él y los suyos.


sábado, 11 de agosto de 2012

¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡He vuelto!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!


¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Hola!!!!!!!!!!!!!!!!Supongo que os estaréis preguntando si he sido abducida por marcianos o me ha tragado la tierra, pero como podéis ver estoy bien. He  estado liadísima, bueno eso es decir poco, desde Navidad hasta aquí me ha pasado de todo, he estado ocupada con hospitales, y aunque han sido cosas sin importancia me han quitado un montón de tiempo y luego he tenido problemas con Internet, pues cambié de compañía y estuve muchos días sin teléfono e Internet, pues me di de baja en la compañía con la que estaba y tardaron mucho en venir los de mi nueva compañía, parece mentira, en lugar de intentar captar clientes…en fin, lo importante es que ya estoy aquí. A partir de ahora intentaré ir actualizando y además quiero pasarme por vuestros blogs para ver lo que habéis hecho en este tiempo. Por cierto, ¿qué tal el verano? Por aquí el sol se ha hecho esperar pero llevamos unos días maravillosos, por fin podemos pasar horas en el agua del mar y calentarnos en la arena y volver al mar.¡Qué felicidad!
Por hoy me despido, pues esta ha sido una entradita para recordaros que sigo viva y en breve iré actualizando. Mientras tanto disfrutad del verano y de la vida, saboreadla todo que merece la pena. Un besín veraniego y abrazos para todas.

viernes, 18 de noviembre de 2011

Cómo paso las navidades


 Navidad

Hola a todas. Como el otoño poco a poco va dejando paso al invierno, hoy quería hablaros de mis navidades. Sobre esto se podrían hacer miles de entradas, así que yo voy a hacerlo de forma sencilla para no cansar ni aburrir a nadie, y en esta primera entrada en lugar de hablar de las cosas que suelo regalar voy a hablar más bien de los preparativos que hago, como paso esos días, vamos para que me conozcáis un poco y en la próxima entrada podemos empezar a dar ideas para regalos.
   Bueno, debo confesar que me encantan las navidades. Siempre, desde que tengo uso de razón, he sentido que la Navidad es una época verdaderamente mágica. Cuando era niña me gustaban porque todo giraba a mi alrededor y al de mi hermana y cuando fui madre porque me encanta preparar las navidades de mis hijos. Lo malo de estas fechas es que se echa mucho de menos a los que ya no están, y si ya les recordamos todo el año estos días es aún peor. Pero yo siempre pienso que a ellos no les gustaría verme triste así que intento disfrutar de las fiestas y que los míos disfruten también.
   Para mí las navidades empiezan el puente de la Constitución. Hay quien piensa que es un poco pronto, pero claro, como todo está ya tan adornado y navideño, es inevitable que nos posea el espíritu de la Navidad. Excepto un par de veces que me fui con mis hijos a Madrid para que lo viesen en Navidad, es un puente que siempre paso en casa. Y uno de los días lo dedico a hacer fotos para enviar una felicitación a la familia. Cuando los niños eran pequeños comprábamos felicitaciones y ellos escribían un mensaje y las mandábamos por correo a los abuelos, bisabuelos, tíos y 10 primos. Con el paso del tiempo empecé a hacer yo las fotos y con un programa hago la tarjeta y la envío por correo. Generalmente son fotos donde salen ellos, un año fue en la nieve, otro en la plaza mayor de la ciudad toda iluminada, otro en un lavadero antiguo que es muy bonito. Voy variando, y a la familia le gusta recibirlas. A los que tengo muy lejos se la mando por email, pero me parece que no es lo mismo. Otro de los días del puente vamos a coger musgo para el Belén. Esa es una de mis pasiones, llevo años coleccionando figuras y disfruto montándolo. Y cuando cogemos musgo siempre hay alguna piedra o algo que sirve para adornar. Y generalmente aprovechamos para coger piñas, troncos y ramas de pino para hacer un centro de mesa. Ahora que mis hijos han crecido no tengo tanto tiempo para estas cosas porque tienen que estudiar y algún día les gusta ir con sus amigos pero buscamos la manera de hacer cosas juntos, y por supuesto, uno de los días, normalmente el sábado, toca paseo por la ciudad iluminada, sacando fotos y empapándonos del ambiente. 
    Además de poner el Belén me gusta poner el árbol y adornar la casa. El árbol que tengo es normal tirando a grande y los adornos los he ido comprando a lo largo de los años, y me gusta añadir alguno nuevo todos los años. Me encanta también poner cosas por casa, en las paredes cosas de colgar, en el arco que hay a la entrada una guirnalda, en las puertas calcetines grandes y bastones de caramelo( de plástico, claro)  en la puerta de entrada, por fuera, pongo una corona de Feliz Navidad, un Papá Noel de fieltro colgado de la manilla, otro Papá Noel que viene en una escoba muy grande y un muñeco de nieve de madera. Pero no lo pongo todo junto y recargado, voy distribuyendo porque es una puerta muy grande y antigua, y ocupo también algo del pasamanos de la escalera.
   Y me encanta adornar la fachada. Poco a poco he ido juntando y tengo unos Papá Noeles pequeños que se iluminan y yo pongo trepando por un canalón que hay en la ventana, tengo un Papá Noel en un columpio grande, Reyes Magos, bolas gigantes, una estrella luminosa y un árbol de navidad luminoso y lo pongo todo pero de forma sutil, sin recargar. Es que aquí es difícil de explicar pero mi fachada es muy larga y antigua, y lo pongo de forma que quede bien, según los vecinos de enfrente ”tu casa está muy newyorkina”. La verdad es que disfruto adornándolo todo, y cada año intento innovar, cambiar la presentación, me encanta.
   Y otra cosa que me gusta y me hace ilusión es comprar esos calendarios de adviento que traen bombones, que se supone que es uno para cada día pero que desaparecen como por arte de magia.
   Otro día que me encanta es el de la lotería, que nunca me toca pero me gusta mucho. Me levanto sabiendo que casi es Navidad, a mis hijos les dan vacaciones y nos esperan unos días de descanso y paz.
    El día de Nochebuena, por la tarde, suelo ir al cine, y hasta el año pasado íbamos a ver Harry Potter, pero este año no lo hay y me han roto los esquemas, jejeje.
La cena de nochebuena la paso siempre con mis padres, mi tío y mi hermana además de mis hijos y mi marido. Cuando vivían mis abuelos también venían. Y me encanta idear el menú, la mesa y todo. Lo primero es que cada año digo que no hay que atiborrarse que es una pena lo que se gasta y al final siempre gastamos de más, parece una boda. Es la única ocasión en que me salto mi tacañería. Hay cosas que ponemos siempre, son una especie de tradición, por ejemplo langostinos como entrante, y panecillos con pastel de cabracho y pastel de centollo. Eso no falla. Pero a mí me encanta hacer canapés y cada año los hago distintos. A veces hago creps de colores añadiendo tomate o espinacas a la masa y los relleno de gambas salteadas con bechamel. Otra vez calenté cava y le eché unas hojas de gelatina y llené con ella una cuarta parte de unas copas de cava muy grandes que nunca usamos. Cuando ese fondo cuajó puse un poco de lechuga en juliana y encima un cóctel de marisco sencillo con salsa cóctel. Quedó genial. A veces relleno tartaletas y me gusta freír dátiles envueltos en bacon.
Después de los entrantes y el marisco hay sopa. Me gusta hacer una de marisco o de rape, por ejemplo, y otra de verduritas y estrellitas, tipo minestrone por si a alguien le apetece más. Cuando mis hijos eran pequeños no comían ninguna de las dos, y les compraba una sopa de sobre con dibujos de películas Disney y aunque eran un poco comida basura al menos era algo diferente para que disfruten de la navidad. Luego ponemos un pescado, cada año variamos, puede ser merluza en salsa, rodaballo, mero en salsa, depende. Y luego la carne. Hay no variamos tanto. A veces ponemos cordero guisado, otras pollo que aquí llamamos “pitu de caleya” y otras pollo relleno. Y además de los postres típicos me gusta hacer algo especial, un mousse de turrón o un flan de turrón o gelatina de mosto blanco y tinto con uvas blancas y rojas. Viene a ser como la trata de tres chocolates.
    Me encanta decorar la mesa. Tengo un mantel navideño, servilletas de tela navideñas y además siempre compro de papel con motivos de navidad porque para el marisco y cosas así es más cómodo. Pongo velas, unas en candelabros y otras tienen forma de abetos, casitas con nieve y esas cosas, y en la mesa pongo el centro de las piñas y troncos que hacemos.
   Y después de cenar nos gusta jugar a algo todos, juegos de mesa tipo trivial o a las películas. Y siempre acabamos contando anécdotas y viendo fotos o vídeos nostálgicos.
  Siempre he creído que el día de nochebuena huele diferente. Huele a comida en todas las casas,  a humo y a frío. Así que siempre, después de cenar, mientras estoy en la cocina recogiendo un poco para que los platos sucios no lleguen al techo me gusta abrir la ventana y respirar. Y siempre pienso que huele a Navidad y me alegro de la suerte que tengo porque a pesar de las dificultades estamos todos juntos y bien, que es lo más importante.
    Desde hace mucho, las cosas de jugar de mis hijos se las doy para Papá Noel. Y es por una razón. Como tienen diez primos y abuelos y mi tío y mi hermana, el día de Reyes juntan un montón de cosas, y el día 8 vuelven a clase y no les da tiempo a disfrutarlo. Si encima les doy lo mío, no les da tiempo a nada así que cuando eran  pequeños les daba los juguetes en Navidad y ahora lo que piden, cosas como guitarras y aparatos de música también se los doy en Navidad y los disfrutan 15 días. En reyes también les doy regalo, reparto el presupuesto pero cosas tipo colonia, algo para llevar al cole, bolsos y cosas así y tienen regalo en casa pero a la vez disfrutan con los regalos de los demás familiares.
   Tanto el día de reyes como de Papá Noel me gusta hacerlo especial. Cuando aún creían en esas cosas dejábamos comida y agua para los renos y camellos respectivamente y leche y galletas para los    Reyes y Papá Noel. Y como yo les decía que entraban por la ventana, siempre dejaba un rastro de brillantina desde la ventana a la zona del árbol donde estaban los zapatos. Para Papá Noel dejaba brillantina roja y para los reyes dejaba tres rastros, uno dorado, otro plateado y el tercero del color que tuviese, generalmente azul o verde. Por supuesto la carta se llevaba a los pajes que siempre te dan caramelos y que tenían colas de hasta dos horas. Y aquí, si mandas una carta a los reyes mediante correos te envían un detalle departe de los reyes, así que siempre la enviaba para que les llegase algo. El detalle era una baratija, un llaverito y cosas así pero a los críos esas cosas les gustan mucho y aún las conservo porque son cosas especiales. Y siempre fuimos a la cabalgata. Lo de la brillantina, las cartas y demás no lo hacemos ya, pero a la cabalgata nos gusta ir, y luego merendamos un chocolate con churros por allí cerca de donde pasa.
    Saltando en el tiempo diré que la nochevieja la paso con la familia política. Somos tantos que ahí no elijo el menú, todos llevamos algo. Uno pone los postres, otro el marico y así. Yo soy la de las uvas, y cada año las presento de forma diferente, aunque se me están acabando las ideas. Como las uvas me parecen poco, a pesar de que son para más de 30 personas, les llevo algo a los niños y como son de muchas edades suelo coger huevos Kinder de Navidad para todos, y gorritos de Papá Noel para sacar fotos y hacer el bobo. Y luego añado lo que se me ocurre, alguna tarta, un licor, lo que yo vea.
   El menú en este caso es más tradicional, marisco, sopa y carne. Pero me lo paso muy bien, hay tanta juventud que te diviertes. Y en lugar de jugar a juegos de mesa jugamos alas cartas usando un montón de barajas.
   Y bueno, el día de Navidad y año nuevo como con mi familia, generalmente restos de Nochebuena y alguna cosa especial que siempre preparo y que voy buscando casi sobre la marcha.
   Esos días también aprovechamos para ir a patinar sobre hielo, para ir a ver Belenes y para hacer alguna excursión a la nieve y a los centros comerciales porque en Navidad están muy bonitos.
   Yo creo que por difíciles que estén las cosas tenemos que intentar guardar un poco de ilusión para esos días, sobre todo si tenemos niños. Debemos disfrutar poniendo el árbol, envolviendo los regalos y preparando la cena. Y si este año no podemos gastar tanto no pasa nada, yo refiero cenar una francesa con los míos que el mejor menú sola o sabiendo que alguno no está bien. Bueno, ya no aburro más, de verdad, que me enrollo y soy una pesada. Pero si alguien me quiere contar lo que hace encantada, soy una cotilla y me gusta saber y además puedo copiar ideas. Bueno, pues gracias por leerme y besinos para todas.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Estoy probando un producto nuevo


Hola, hoy voy a haceros una entradita muy breve sobre un producto que estoy probando, y en el próximo post ya hablaremos de la Navidad. Cómo ya comenté en alguna ocasión, me he apuntado para probar cosas, y estoy muy contenta porque me da la oportunidad de probar cosas nuevas para saber si me gustan y así, si las compro ya sé cual va a ser el resultado.
 En esta ocasión se trata del grupo Trnd y el producto a probar son unas baguettes de Panini Dr Oetker. Ya sabéis que yo no soy demasiado partidaria de los platos precocinados, me parece que a la larga salen más caros y no alimentan lo suficiente, además del exceso de conservantes y colorantes que tienen. Pero este producto no está mal. Me enviaron cuatro vales para cuatro paquetes, así que cogí uno de cada variedad. Y para probarlos, en lugar de usarlos un día cualquiera los usé en una cena especial de los viernes. El viernes pasado, concretamente, decidí hacer noche temática de Italia. Preparé spaghetti con varias salsas y cada uno se los sirvió con la que quiso y luego metí en el horno todos los Panini(es la ventaja, en el horno caben hasta 10) y los serví en una fuente partidos en varios trozos. Por supuesto, mis padres y hermana estaban invitados al evento para que me dieran su opinión.
La verdad, estaba todo rico, a mí me gustó especialmente el de jamón y queso. Los hay de distintos sabores, jamón y queso,  atún, cuatro quesos, speciale y barbacoa. La única pega es que en cada caja solo vienen dos, pero bueno, no son demasiado caros. Mi opinión sincera, que al fin y al cabo es lo que yo creo que me piden, sinceridad, es que es un producto que no está mal, y es ideal para tener en el congelador por si un día tus hijos traen de repente a un amigo a merendar, en lugar de pegarme un atragantón preparando tortillas y cortando jamón puedo meter las baguettes en el horno. O por si un día no sabes que poner de segundo plato o de entrante. Ya que me ha surgido la oportunidad de probarlos, seguramente me compraré un par de cajas y los dejaré en el Frigo para algún apuro. En resumen, me han gustado aunque no es mi estilo de comida. Son una buena opción para un día que surja algo repentino o para un día en que no nos apetezca nada cocinar y nuestras reservas de comida hecha en casa y congelada se esté acabando. Y a mí me han servido de excusa para reunir a la familia, lo cual siempre está bien.
 Bueno chicas, os dejo y a ver si hago pronto una entrada de Navidad porque quiero que vosotras también me contéis cosas. Besinos a todas.

jueves, 10 de noviembre de 2011

Cenas improvisadas


Hola a todas. Últimamente tengo mi querido blog bastante abandonado, pero intentaré ponerme un poco al día. ¿Qué tal habéis pasado el puente de Todos los Santos?La verdad es que llevaba un mes esperando un puente para descansar y disfrutar y se ha pasado volando, cuando quise darme cuenta ya era día laborable y de nuevo todo son carreras y atragantones. Bueno, hoy quería contaros alguna experiencia en que he tenido que improvisar comidas o cenas con poco dinero y pocas cosas.
   Por cierto, os dejo alguna foto de Halloween, que ha sido uno de los días familiares de este puente.
   Una de esas experiencias me ocurrió hace ya algo de tiempo, una tarde de invierno en que llovía a mares y era día de fiesta. Cuando más tranquilos estábamos, viendo una película y sintiendo el repiqueteo de la lluvia en los cristales, sentimos el timbre. Al abrir vi que eran unos primos segundos que viven fuera y con los que tengo poco trato debido a la distancia pero con los que me llevo bien.
   Después de los saludos me contaron que habían venido a pasar un par de días y no querían irse sin vernos. Yo estaba contenta pero me preguntaba por qué no me habrían llamado para avisarme porque me pillaban con pocas cosas, poco dinero y todos los comercios cerrados.
     Después de tomar un café con un poco de bizcocho que milagrosamente tenía, empezamos a charlar y sin darnos cuenta llegó la hora de cenar, y yo no dejaba de pensar que teníamos que invitarles, pero claro, ir a un restaurante todos un día de fiesta me descolocaba por completo, si me hubieran avisado me habría organizado pero así… tenía que ser en casa. Mientras mi marido y mis hijos los entretenían empecé a revisar la despensa y la nevera. Tenía pechugas de pollo porque esa iba a ser nuestra cena, y lechuga y tomate cherry por el mismo motivo. Pero para dos personas más quedaba un poco escaso, así que la solución era preparar canapés, dar de cenar un poco de todo. Lo bueno de esto es que me permitía estrenar unos cacharritos que tenía que eran para raciones individuales. Unos eran cuadrados, otros ovalados y las otras eran unas cucharitas de presentación. Lo primero que hice fue coger las pechugas y trocearlas en lugar de filetearlas. En la nevera tenía media lata de pina así que por un lado preparé brochetas de pechuga y piña. Siempre tengo palitos de brocheta y en la plancha que tengo se hacen en un segundo. El resto de la pechuga le herví, la troceé, la mezclé con una manzana que tenía y le añadí lechuga en juliana y tomate en dados y le añadí una salsa hecha con un yogurt, una cucharada de mostaza y un chorrito de zumo de limón y me quedó un salpicón de pollo muy apañao y que recomiendo a todo el mundo. En la despensa tenía una lata de calamares en tinta, así que herví un poco de arroz. Lo mezclé con los calamares y lo puse en las cucharitas. Tenía en la nevera un poco de jamón serrano, así que salteé un poco, añadí una lata de guisantes, salsa de tomate y un chorrín de vino y ya tuve guisantes con jamón que puse en el cacharrito ovalado y en el cuadrado puse un canapé que siempre causa sensación. Untamos un cuadradito de pan de molde con mayonesa y le ponemos encima un trozo de lechuga. Cogemos medio tomate cherry y le ponemos debajo un trozo minúsculo de anchoa o algo así muy sabroso, yo tenía anchoas y las usé y ponemos el tomate encima de la lechuga. Mezclamos cacao con agua y con una manga (yo uso papel de horno enrocado porque me arreglo mejor) dibujamos lunares y antenas y quedan unas mariquitas preciosas. A veces el dibujo no me sale muy bien pero ese día estaba de suerte. Y el contraste de sabores, aunque suene raro, está muy rico. Y para segundo plato preparé un revuelto rojo. Doré el poco jamón que me había sobrado, batí huevos a los que añadí una cucharada de Ketchup, e hice un revuelto por persona que serví en platos individuales sobre un lecho de lechuga( era lo que más tenía) y unas patatas al lado. Las patatas las partí con una mandolina y quedaron  como las de bolsa, muy finas, pero para que fueran más originales apliqué un truco de Arguiñano, cogí dos y entre ellas puse una hojita de perejil y al freír quedan geniales.
Así que al final serví como entrantes las brochetas de pollo y piña con mayonesa a un lado y salsa rosa al otro. Luego puse delante de cada uno el recipiente con los guisantes con jamón, la cucharita con el arroz con calamares y el recipiente con la mariquita. De primer plato el salpicón de pollo y de segundo el revuelto rojo con patatas “graciosas” como dice Arguiñano. Esto lo puse individual para que no se sirvieran ellos y pareciera escaso. De postre cogí la fruta que tenía, la troceé y la mezclé con yogurt azucarado, lo puse en copas y lo adorné con nata montada. Me hubiera gustado ofrecer algo más elaborado pero no me daba tiempo, un flan, la gelatina o cualquier tarta necesita más tiempo para cuajar. Y aunque contado aquí puede parecer complicado la verdad es que fue todo rapidísimo, y si quitamos los calamares con el arroz, lo demás lo hice con los ingredientes de mi cena y superrápido.Y al menos nadie se fue de mi casa con hambre.
                             
       
   La otra experiencia fue por el verano, lo cual facilita las cosas. También vinieron unos familiares de repente, pero estos tienen niños y como el día estaba bueno decidimos ir a pasar la tarde a un área recreativa. El día iba a ser largo y yo pensé que lo mejor era llegar a casa cenados pero claro, invitarlos a ellos y contándonos a nosotros era una cena para ocho en pleno verano, y así de repente no me apetecía. Mientras se hablaba y se decidía donde ir preparé cuatro tortillas de patata. Una la metí en mi Tupper de las tortillas y la dejé para los niños. Las otras las preparé rellenas. Puse una en un Tupper redondo y grande, y la cubrí con hojas de lechuga, rodajas de tomate y bonito, puse otra tortilla encima y la cubrí con lonchas de jamón York y queso y la última la cubrí con mayonesa. Mientras hacía esto cocí unos huevos y la mitad los rellené con bonito, unos con salsa de tomate y otros con mayonesa, y los otros los rellené con unas gambas de esas peladas diminutas que tenía en el congelador. Las salteé con cebolla, añadí mayonesa y listo. A la vez tosté pan en la plancha, cubrí con mayonesa y lechuga en juliana, tapé y cubrí con ensaladilla rusa que me había sobrado del mediodía y tapé. Luego corté cada uno en dos triángulos y con la lechuga tienen un corte muy bonito. Llevé sin abrir un par de bolsas de patatitas, una lata de aceitunas y otra de mejillones y mientras los demás se iban a buscar el coche paré un segundín en el súper a por refrescos y un poco de embutido. Puse el más barato, chorizo de Pamplona, mortadela con y sin aceitunas, jamón York, queso de barra y un paquete pequeño de jamón serrano. Todo eso y bebida para ocho no me llegó a diez euros, y como lo demás ya lo tenía no me descompensó. En el área puse mi mantel de cuadros preferido y saqué los platos. Las tortillas las dejé en los Tupper para que no se estropeasen, y los sándwich de ensaladilla estaban en una bandeja bien envueltos, al igual que los huevos rellenos, y eché en unos platos las aceitunas, las patatitas y los mejillones y en una bandeja que había llevado de casa, una bandeja dorada muy grande que me habían dado con pasteles, puse el embutido, y al lado el pan. En un momento nos montamos una buena cena y nos lo pasamos fenomenal. Los niños jugaron lo que quisieron y todos comentamos eso de que a veces lo improvisado es lo que mejor sale. Y antes de ir a casa ellos nos invitaron a todos a una terraza a tomar un helado, así que todos contentos.
   Bueno, por hoy no aburro más, espero que en las próximas entradas ya pueda hablar de Navidad, esa Navidad que está tan cerca. Yo quiero que venga ya el mal tiempo y que todo huela a frío, a humo y a Navidad porque con este calor no me hago a la idea de las fechas en las que estamos. Bueno chicas, os dejo, y si alguna tiene ideas de comidas improvisadas decídmelo porque os lo agradeceré eternamente. Besinossssssss.